No hay que imponerles nuestros gustos a los hijos

En muchas ocasiones, somos los papás quienes tratamos de imponer un gusto o afición a los pequeños. No hay que imponerles nuestros gustos a los hijos.

Arturo Leonardo

Todo padre es un ejemplo a seguir

“Que se llame como yo”, “Que se vista a mi manera”, “Que camine como yo”, “Que hable como hablo” y “Que piense lo mismo que pienso yo”. Sin duda esta es una de las principales batallas con las que tiene que lidiar un padre cuando tiene hijos: dejar su impronta en los pequeños.

Claro, esto también aplica para la madre, pero son de esas verdades que duele reconocer. El ego masculino nos lleva a sentirnos realizados ante la oportunidad de inmortalizar nuestra esencia; sin embargo, confundimos transmitir con “clonar” y llegamos a pensar que el o los niños tienen que ser exactamente una calca de su padre.

Debo reconocer que a mí me pasó durante los primeros meses de vida de mis hijos; sin embargo, día a día me divierto y auto analizo al ver cómo ellos crecen y desarrollan su propia forma de ser.

Enseña a tus hijos con la mejor herramienta: tu ejemplo

Cuando el ejemplo va más allá del límite

Debido a mi profesión (y afición), los deportes son un tema constante en casa. He realizado diversas coberturas profesionales en todo tipo de disciplinas, pero las actividades de lucha libre están presentes de forma casi obligada desde hace más de seis años.

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Por su profesión o afición, el padre comienza, sin querer del todo, a empapar al hijo en su mundo; en mi caso, había funciones de lucha libre en vivo y por televisión; sin embargo, en esto hay que tener cuidado, pues en una ocasión, al ir a recoger al pequeño a la guardería, la maestra, extrañada, me preguntó:

-Señor, ¿ustedes ven las luchas?

¡Su pregunta me agarró en curva! Es decir, que no estaba preparado para esa cuestión. En otras situaciones pude decir, orgulloso, que sí ante esa pregunta y que cubría funciones y demás actividades en torno al tema, pero dado el contexto opté por revirar y darme tiempo para sondear el asunto:

-¿Por qué lo pregunta, maestra?

Entonces me explicó que mi hijo comenzó a hacer algunos intentos de llaves o que quiso aventarse en “plancha” en el salón. A partir de esa situación, extremo cuidados cuando pasan lucha libre por la televisión, porque no sabemos exactamente qué es lo que mi hijo entiende.

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Papá, enséñale a tu hijo a ser papá

Dale a tu hijo la libertad de ser él mismo

Después de ese momento, trato de no forzarlo a que vea lo que yo quiero. Hace apenas unos días y de manera natural, se acercó para que jugáramos futbol, y ¡yo acepté encantado de la vida! Más aún, porque en mis épocas escolares era la única actividad que de verdad me llenaba.

La recomendación es que sean pacientes, que no dejen de hacer lo que les apasiona, pero siempre con el chip de “invitar” al pequeño a que conozca tus actividades. En este sentido, nunca hay que obligarlo, sino más bien explicarle de qué se trata tal o cual situación. Seguramente, y si de verdad la sangre llama, en algún momento podrá manifestar el talento para lo que sus padres fueron buenos. Este artículo viene muy a cuento.

Aprende a ofrecer disculpas a tus hijos, y ellos crecerán más sanos

Con mis hijos (el pequeño luchador tiene un hermano todavía de brazos) convivo de diferentes formas, y siempre que tengo oportunidad los trato de incluir en mi mundo.

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Hace poco, por ejemplo, tuve la oportunidad de entrevistar a unos gladiadores de una empresa estadounidense, a quienes les pedí unos autógrafos para mis hijos, esto más bien como un recuerdo personal. Al llegar a casa, coloqué el poster firmado en la habitación y mi hijo (el de las luchitas) muy contento, dijo:

—Esos luchadores me gustan en mi pared, papá.

Qué más puedo pedir.

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Arturo Leonardo

Comunicador fanático de sus hijos a quienes les relata día a día sus aventuras de música y deportes, gusta de leer lo que se cruce en su camino, piensa que el acto más revolucionario que puede existir es el de reír.