Ama de casa incansable: ejemplo para tus hijos

Todo lo que haces —por muy monótono que te parezca— puede ser una enseñanza de vida.

Adriana Acosta Bujan

Con el paso de los años, el rol de la mujer ha cambiado drásticamente. Hace 25 años se tenía la idea que la mujer debía permanecer en el hogar, al cuidado de los hijos, ser sumisa y acceder a las necesidades de su esposo. Pero la vida ha cambiado y las ideas ya no son las mismas. Ahora, la mujer además de tener un extremo cuidado en su hogar y en la educación de sus hijos, también debe trabajar.

Muchas mujeres sabemos que un trabajo real es mantener a la familia unida, satisfacer las necesidades de cada uno de sus integrantes y tener un ambiente saludable y en armonía. Además de contribuir a los ingresos del hogar, ¡es un gran trabajo!

Con todas las actividades que realizas estás enseñando a tus hijos a ser personas responsables, honestas, confiables, amorosas y de éxito. Aquí aprenderemos a sacar provecho de la rutina analizando la vida cotidiana de cualquier mujer que trabaja.

1. Despertarse

Cuando suena el despertador seguramente lo primero que realizas es una oración para dar gracias por un nuevo día. Sin pensar, comienzas a prepararte para llevar a tus hijos al colegio, hacer el desayuno, llenar las loncheras y arreglarte para llegar a tiempo a tu trabajo. No olvides que tu esposo está ayudando con despertar a los niños y vestirlos.

Es importante que aprendas que con estas acciones cotidianas estás enseñando a tus hijos el sentido de la responsabilidad, de la puntualidad, de los buenos hábitos alimenticios, de la unión familiar.

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2. Hora del almuerzo

Por fin llegó la hora de alimentarse. Normalmente te comes un sándwich parecido al que preparaste para tu esposo e hijos, acompañado de un jugo y una fruta. Con esto, estás contribuyendo a que tus hijos aprendan a comer sanamente, a conocer lo importante que es alimentarse para poder tener energías durante el día.

3. Recoger a los niños del colegio

Este momento es vital: aquí es donde les demuestras a tus hijos lo mucho que los extrañaste. Te interesas por lo que aprendieron en la escuela y por escuchar cada una de sus aventuras; los aconsejas y te diviertes platicando con ellos sobre tu día en el trabajo.

4. Hora de la comida

Es recomendable establecer siempre un horario de comida, pues es aquí donde se refleja la verdadera unión familiar. Si es posible, tu esposo llegará para comer y podrás compartir momentos de calidad. En este espacio les puedes enseñar a tus hijos lo importante que es comer en familia, saludablemente.

También puedes practicar el trabajo en equipo pues cada uno de los integrantes tendrá una función o responsabilidad para ayudarte a preparar los alimentos o limpiar la cocina. Y, lo más importante, les estás enseñado a tus hijos a comunicarse, expresar sus sentimientos, emociones, inquietudes, necesidades, a conocer y respetar los diferentes puntos de vista y opiniones.

5. Hora de las responsabilidades

Tu esposo estará por regresar a su trabajo y tú posiblemente te quedarás para cuidar de tus hijos. Será el tiempo de organizarse y enseñarles a cumplir con sus obligaciones escolares. Así como ellos, tú aprovechas el tiempo para limpiar la casa o cocinar, la comida que darás para el día siguiente. Aquí es donde les enseñas a tus hijos a ser responsables y realizar sus deberes. Con las acciones que realizas les enseñas a ser previsores, a que siempre se debe mantener limpio el hogar, a ser organizados y ordenados.

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6. Actividades físicas

Para mantener tu salud y la de tus hijos es importante acostumbrarlos a realizar cualquier tipo de actividad física. Así como ellos, tú también aprovechas el tiempo para ejercitarte. Aquí es donde les enseñas a tener una vida saludable y la importancia de convivir en familia, pues puede ser que salgas con ellos a jugar a la pelota, pasear a la mascota, brincar la cuerda, etc.

7. Hora cultural y de fomentar la limpieza

Es momento de leerles un cuento, una historia o jugar con ellos, desarrollando su imaginación y su curiosidad por aprender cosas nuevas. Aquí les enseñas valores como la honestidad, la humildad y el respeto, así como los hábitos de limpieza que fomentan su desarrollo.

8. Cenar y dormir

Termina tu día lleno de satisfacciones personales, y es aquí donde les enseñas a tus hijos que deben recargar sus energías para poder tener salud, estar sanos y felices.

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Con estas múltiples actividades, que pueden ser muy cansadas y monótonas, siéntete satisfecha, ya que estás enseñando a tus hijos a ser personas con un futuro exitoso. Piensa que todo sacrificio vale la pena cuando tu familia está unida y se encuentra feliz. Aprende que todo lo que haces tiene un fin y una enseñanza de vida.

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Adriana Acosta Bujan

Adriana Acosta estudió comunicación, es madre y abuela, y actualmente se dedica a la enseñanza e investigación a nivel universitario en Puerto Vallarta. Publica sus escritos esperando que ayuden a las personas que leen sus útiles vivencias.