5 datos que tu niño debe saber sobre su cuerpo antes de los 10 años
Entre los 10 y los 18 años los niños pasan por grandes cambios físicos y psicológicos, y se hace necesario que tú, como padre, hables con él al respecto.
Erika Otero Romero
De la misma manera que las niñas, los niños, a lo largo de su infancia y adolescencia (0 a 18 años), experimentan grandes cambios en su cuerpo y su condición psíquica. Esos cambios se hacen más fuertes y evidentes entre los 8 y los 15 años.
Debido a todos esos cambios, es necesario que los padres hablen con sus hijos acerca de todo lo que está pasando con su cuerpo. Es imprescindible que lo hagan para que el chico sepa qué está pasando, para que acepte sus cambios y su cuerpo, y tenga cada vez más confianza en ustedes -misma que se hace más relevante en la adolescencia- y no se sienta perdido ni solo.
Por esta razón, voy a hablar acerca de los cinco datos que todo niño debe saber sobre su cuerpo antes de cumplir los 10 años, porque debe conocer su cuerpo y tú debes guiarlo en el proceso de hacerse un hombre joven:
1. El aseo no pierde importancia…
…Y se hace cada vez más relevante. El sudor de los niños siempre es más penetrante que el de las niñas, pero al llegar a los 9 o 10 años (depende de cada uno), la urgencia por el aseo se vuelve más indispensable, ya que la sudoración aumenta y las hormonas se encuentran en pleno apogeo, haciendo que el cuerpo reaccione como nunca antes a las bacterias y la fusión de ambos generan fuertes olores corporales.
La solución es simple: baño común y corriente, talco desodorante o desodorante (si es necesario) y así el niño evitará pasar por malos momentos.
strong,2. Cambios en su cuerpo más que evidentes
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Uno los primeros cambios que el niño notará al inicio de su pubertad es el crecimiento de vello suave, pero escaso, en sus axilas y genitales, mismo que eventualmente adquirirá la apariencia que tendrá cuando sea más grande y maduro; luego de eso, también aparecerá el vello en su cara.
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Crecerá, pero no en la misma medida que las niñas. Así que si tu niño tiene 11 años y luce más bajo que una niña de la misma edad, debes decirle que no hay de qué preocuparse, que eso es normal y que ya le llegará la etapa en la que crezca todo lo que deba, influenciado por la herencia genética de los padres.
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La contextura de su cuerpo tendrá grandes cambios: su musculatura en pecho aumentará de tamaño, sus hombros serán más anchos, incluso es viable que algunos sean más delgados y tengan una menor estatura, eso es muy relativo y tiene que ver mucho la genética.
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Su fuerza física irá en aumento.
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Empezará a fijarse en las niñas, a quienes antes miraba con recelo y hasta asco; ahora, en cambio, le generarán interés y querrá acercarse y trabar amistad con ellas.
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Debido a la testosterona, los niños notarán que tendrán erecciones tanto como si está dormido o no, y eso no tiene nada de malo, no debe avergonzarse, ya que todos los varones pasan por esa situación y debe tomarse como lo más normal del mundo.
3. Se encontrará confundido y malhumorado
Debido a toda esa cantidad de cambios físicos y hormonales es más que común que el niño se sienta confundido, que no encaja en el mundo, pero es también normal; ya no es más un niño, tampoco es un adulto, sino un adolescente y como tal es importante que se re-conozca y fundamente más su amor por sí mismo.
4. Habrá cambios en sus hábitos nutricionales
5. La educación íntima no puede ser evadida
Puede ser vergonzoso para muchos padres hablar del tema; sin embargo, es posible que ya se hayan enfrentado a una serie de interrogaciones sobre el asunto. Lo justo es que hablen claramente con él, es importante que lo hagan para evitar que otros lo desinformen o le den información errada y malintencionada respecto a un tema tan natural como es la procreación de otro ser humano.
Ya tu niño se está haciendo joven y deberá afrontar las más duras experiencias que la vida le ofrezca, es tu labor orientarlo y acompañarlo en su crecimiento, pues aunque él sienta que ya no los necesitará tanto, será cuando más requiera del amor y la protección de ustedes, sus padres.