5 errores que estás cometiendo con tus hijos a la hora de interesarlos en la lectura
SI quieres que tus hijos se enamoren de la lectura, es hora de que dejes de hacer estas cosas.
Camila Ignacia Gómez González
No dudo que ya conozcas la gran cantidad de beneficios que puede traer la lectura a la vida de tus pequeños: fomenta la concentración, ayuda a desarrollar la imaginación, los mantiene alejados del ocio improductivo, genera conocimientos que podrán servirles en su vida académica y en la adultez, incrementa el vocabulario, la curiosidad por aprender del mundo, entre otras múltiples funciones. Sin embargo, a pesar de que ya hayas hecho todos los esfuerzos a tu alcance para iniciarlos en la lectura, tal vez estés cometiendo algunos errores que se traducen en que tus hijos no tienen el menor interés en tomar uno de los tantos libros que les has regalado o que tienes en casa.
Si esta es tu situación, te invito a leer a continuación algunos errores en el tema y sus soluciones, que hará que tus hijos se acerquen a la lectura de manera efectiva:
1. Libros que no les interesan en lo más mínimo
Tal como lo leíste: quizás te hayan recomendado un excelente título para tu pequeño, pero si en realidad la temática no le interesa, poco y nada sacarás obsequiándoselo.
Por consiguiente, antes de comprar cualquier volumen es importante que consideres sus gustos, intereses y preferencias. Conoces a tu hijo, de modo que date el tiempo para elegir un libro que le atraiga.
2. Espacio adecuado para la lectura
Si un niño no tiene a la mano un libro y mucho menos un lugar donde sentirse cómodo para comenzar a leer, no lo hará. Así de simple.
Por lo mismo, es necesario que dentro de su habitación le habilites un espacio -que no precisa ser muy grande- para que pueda sentarse a hacerlo de manera tranquila. Las distracciones son muchas, así que redúcelas en lo posible.
3. No das el ejemplo
Siempre digo que los pequeños aprenden más de nosotros cuando nos miran que cuando les hablamos de forma constante -a veces, atosigante- de lo que deben de hacer. Así que no puedes pretender que tu hijo tenga una gran afición por la lectura si tú nunca tomas un libro en casa.
La solución es simple: comienza con pequeños espacios de tiempo para poder tomar un libro que resulte de tu agrado y deja que ellos te vean hacerlo con naturalidad.
4. Falta de tiempo
En algunos países es común que los niños lleven grandes cantidades de tareas (deberes) a casa, por lo que el tiempo que les queda para jugar o recrearse libremente es bastante escaso. Por esto, es importante que les ayudes a planificar de manera ordenada todos sus quehaceres, con la intención de que siempre consideres tiempo para que puedan distraerse.
5. Imponer la lectura como obligación
¿Alguna vez te has sorprendido diciéndoles que deben de leer por una determinada cantidad de tiempo al día? Pues bien, déjame decirte que estás cometiendo un tremendo error: la lectura no debe de asociarse a una larga lista de deberes que acompañan el día a día de un niño. Por el contrario, debe de ser percibida como una ocasión de relajo y, sobre todo, como una opción para pasar el tiempo libre.
Y por último, no olvides hacer de la lectura un espacio de complicidad entre ambos: pregúntale qué tal le pareció el libro, involúcrate con su historia y personajes. Hazle ver que las letras son capaces de unirlos aún más como familia.