5 sugerencias para formar en tus hijos el hábito de la lectura
El hábito de la lectura es algo que se cultiva con el tiempo y a través de pequeños pero relevantes actos. Uno de ellos puede ser llevar a tus hijos a la biblioteca o a comprar sus propios libros y permitir que ellos los elijan.
Aida Robles
Con frecuencia escuchamos que fomentar la lectura en nuestros hijos es uno de los mejores regalos que podemos ofrecerles. Esto sin duda es cierto, ya que la lectura nos ofrece la posibilidad de explorar horizontes tan lejanos y accesibles sólo por vía de la imaginación. Sin embrago, el hábito de la lectura, e incluso el amor por los libros (tanto por su contenido como por el objeto en sí) no es algo que aparezca en los hombres de manera espontánea, sino que es preciso cultivarlo. Es decir, comporta todo un reto.
Por simple que parezca, considero que una de las formas en que esto sucede es al visitar bibliotecas y librerías. Si bien una de las posibilidades que nos ofrece la Internet es poder acceder a cualquier cantidad de textos en su versión digital, defiendo la idea de que no hay nada comparado con sostener un libro entre las manos. Creo que de este tipo de experiencia crece poco a poco el gusto por la lectura y el asombro por todo lo que los libros nos ofrecen.
Aproximar a los más pequeños a espacios en los que tengan la posibilidad de descubrir la lectura y los libros por sí mismos, constituye la mejor forma de acercarlos al hábito lector. De modo que, llévalos a una librería y permite que sean ellos quienes se dejen atrapar por uno de los tantos libros que están en los estantes o sobre las mesas.
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Te comparto, además, cinco sugerencias para tu próxima visita a una biblioteca y librería:
1. Dedica tiempo suficiente
Es casi imposible hacer una visita rápida a una biblioteca o librería, y mucho menos con niños. Descubrir el amor por los libros inicia con reconocerlos: maravillarse por su cantidad y gran variedad de tamaños y colores. Permite que los niños exploren, que tomen y hojeen todos los libros que quieran; si el que llama su atención está cerrado, no dudes en pedir que lo abran para que tu niño pueda conocerlo.
2. Ten paciencia y ponte cómodo
Muchas librerías cuentan con salas de lectura dedicadas a los niños, en las que puedes sentarte cómodamente a leer con ellos, charlar sobre los libros que le interesan y elegir cuál llevar. Si para ti es una experiencia disfrutable descubrir libros nuevos, con seguridad tus hijos también se sentirán emocionados y pasarán un momento muy agradable.
3. Ayúdalo a elegir
Sin duda tu pequeño te pedirá que le compres más de un libro, ¡muchos quizá! Por lo general, siempre se inclinan por aquellos que reproducen películas infantiles, como las de Disney o Pixar, pero existen muchas otras opciones. Sin descalificar sus intereses, busca detenidamente y muéstrale otro tipo de libros e historias, y es que el mundo de los libros puede ser infinito y siempre sorprendente.
4. Destina un presupuesto para comprar libros
Si bien existen libros infantiles cuyo precio es elevado, existen editoriales más económicas y no por ello de menor calidad. Por ejemplo, el Fondo de Cultura Económica de México (con librerías en otros países de América Latina) cuenta con varias colecciones destinadas a niños de todas las edades y a precios que se ajustan a variados presupuestos. Procura que, en la medida de tus posibilidades, tu hijo salga de la librería entusiasmado y con un libro en las manos.
5. Lo más importante: ayúdalo a que lo lea
Una vez cumplida la misión, no dejes de animar a tu hijo para que lea su nuevo libro. Ya sea que te sientes a leer con él en voz alta o lo haga solo por su cuenta, antes de dormir o a media tarde, lo importante es que el mundo de ese libro cobre vida en su mente.
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Es realmente maravilloso escuchar cómo tu hijo suelta una carcajada mientras lee o te busca ansioso para contarte lo que ha pasado en la historia. Ya lo decía el escritor Jorge Luis Borges: “De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro, todos los demás son extensiones de su cuerpo… Sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria”.