8 maneras brillantes de mantener limpia tu casa
Que tu casa luzca impecable jamás fue más sencillo.Para ello acá te comparto algunos secretos que te facilitarán la vida diaria.
Erika Otero Romero
Una casa es el reflejo de quienes la habitan, de eso no hay duda. Nuestra casa es un poco el reflejo de nuestra personalidad y muchas veces, tal vez por lo mismo, un pequeño museo de lo que más nos gusta. Eso es agradable. Pero ten cuidado, sobre todo si vives sola: también existe el síndrome de Diógenes, el cual consiste en que, tras mucho tiempo de vivir en la misma casa, se van acumulando cosas y recuerdos, y después va haciendo falta tiempo y ánimos para recoger, limpiar y ordenar el montón de objetos que se han juntado en la vivienda.
A razón de lo antes expuesto y para que tu pequeña mansión tenga un aspecto limpio y acogedor cada día, te recomendaré algunos consejos que te podrán ayudar a tener tu casa tan limpia como un palacio imperial.
1. No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy
Eso de dejar la vajilla sucia para el otro día, lo único que genera es que el lavaplatos y el mesón rebocen de menaje y que a la larga tu casa sea el paraíso de las cucarachas. Una buena técnica es que después de cada comida, quien ocupó un plato, una cuchara o un vaso, lo lave tan pronto como lo desocupe. Lo mismo se puede hacer después que una olla o vasija quedó vacía; con eso la cocina siempre estará impecable.
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2. Organización y delegación del trabajo del hogar
Delega tareas, sea que trabajes fuera de casa o no. Una casa limpia es deber de todos los que la habitan y no solo de la mujer de la casa. Así la cosa, asígnale a tus hijos labores que les hagan concientizarse de lo duro que es el trabajo del hogar, igual habla con tu esposo y pídele que ayude en casa.
También puedes dedicar días específicos para tareas generales, ejemplo: podar el césped o arreglar el jardín los sábados en la mañana, lavar el coche el domingo por la tarde; de esa manera el tiempo y las labores estarán distribuidas y la situación no será tan insostenible.
3. Ten solo lo necesario
A muchas personas les gusta tener colecciones de objetos, no es que este mal, pero a veces se debe ser consciente que esos hobbies se salen de control, pese a eso, mientras se guarde compostura no será tan complejo lidiar con una afición. De todas maneras, no sería mala idea tener lo justo y necesario según el tamaño de la casa donde vivas y más si vives de alquiler; tener lo justo es algo que facilita mucho las mudanzas.
4. Haz purgas de ropa, muebles y demás enseres que ya no se usen
¿Para qué guardar ropa de cuando tu hijo de 25 años y casado era un bebé? ¿Recuerdos? Mejor deja como memorias las fotografías. Cada tres o seis meses saca la ropa que ya no utilicen, también hazlo con juguetes, adornos, muebles y electrodomésticos que no necesiten. Así la casa estará un poco más libre. Desde luego que la idea es que los dones a la caridad.
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5. Lava la ropa “pequeña” a diario y una vez a la semana la ropa más grande
Las cestas para la ropa sucia pueden representar al principio un mecanismo de organización que a veces se sale de control. Por ello procura que cada día la ropa interior que usen sea lavada y colgada en el tendedero de inmediato y que cada cual lave lo propio. Si cuentas con máquina lavadora designa un solo día a la semana para hacer el lavado de toda la ropa familiar; en caso que aún laves de manera manual, si tus hijos ya son grandes haz que laven sus prendas. Cada cual lo suyo; eso genera sentido de la responsabilidad.
6. Barre (aspira) y limpia el polvo a diario
Importantísimo, ya que si vives en un área donde los carros y las motos no dejan de circular, levantarán polvo y la casa poco a poco se irá tornado opaca y no hay nada más desagradable que eso. Aspirar o barrer y pasar un trapo sobre los muebles y adornos no te tomará más de dos horas y cuando veas a tu alrededor te darás cuenta que es más fácil respirar. En fines de semana y vacaciones tu familia te puede ayudar con ello.
7. Que cada uno limpie su habitación
Si desde niños les enseñas a tus hijos a mantener todo en su lugar después de jugar, tender la cama después de levantarse y recoger su ropa manteniendo su armario en orden, de seguro que el trabajo que te ahorrarán será inmenso.
8. Cada cosa en su lugar
No permitas “regueros” por toda la casa. Las revistas y periódicos que ya no se usen pueden ir en una caja en el patio trasero o garaje, lo mismo que las herramientas; de la misma manera funciona para paraguas, zapatos, chaquetas y demás cosas que suelen quitarse tan pronto como se llega a casa.
Mantener tu refugio limpio es más fácil de lo que crees si tienes ayuda de todos tus seres queridos y organizas el tiempo. De esa manera te darás cuenta que tendrás tiempo hasta para una siesta agradable de media tarde.
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Erika Otero Romero
Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.
