Una madre dijo no arrepentirse de colocar la mano de su hijo sobre el fuego por una abrumadora razón

Usar la violencia como forma de disciplinar a un niño no debería considerarse como una posibilidad.

Fernanda Gonzalez Casafús

La violencia contra los niños en el mundo es un secreto a voces. Se supone que la infancia debería ser una etapa signada por el amor y la comprensión y nunca por la crueldad. Sin embargo, cuando una madre o padre ejerce violencia sobre su hijo no todos somos capaces de interponernos e increpar a los abusadores, pues lamentablemente el maltrato infantil en la crianza se ha ido naturalizando en algunos aspectos.

Cada madre sabe cómo debe criar a su hijo, pero cuando la forma de criarlo implica violencia y corrompe los derechos de los niños, el Estado debe actuar de inmediato. Así sucedió en Miami, de acuerdo a The Sun, donde una madre fue arrestada por quemar la mano de su hijo en la hornalla de la cocina con el argumento de que había “matado a un animal”.

No hay datos certeros sobre quién alertó a la policía, pero lo cierto es que las autoridades constataron que el pequeño de 6 años tenía su mano quemada debido a la acción directa del fuego. Quien cometió este aberrante hecho es la madre del niño, llamada Miriam Rebolledo, de 29 años, oriunda de Colombia. Luego de haber sido arrestada, la mujer pudo salir bajo fianza, pero el niño quedó bajo custodia, será derivado a un hogar de Guarda, y no podrá ser restituido a su madre.

Los insólitos argumentos

De acuerdo a New York Post, la mujer aseguró en su defensa que ella no es una “mala madre” y que sólo estaba tratando de criar un “niño de bien”. La misma, argumentó que su hijo es muy indisciplinado y que ya no sabe más qué hacer para que responda a sus pedidos.

Esta madre alegó que el pequeño de 6 años está fuera de control y que otros castigos no son efectivos, por lo que cuando desde el colegio le avisaron que había golpeado a un compañero decidió aplicar un duro castigo quemando su mano, considerando además el hecho de que el niño había matado a un animal; aunque nunca pudo decir a las autoridades qué tipo de animal había matado.

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La jueza del condado de Miami, Ariana Fajardo Orshan, le dijo a la mujer que herir a un niño no es aceptable para ser padre. “Tal vez en Colombia está bien llevar al niño y poner su mano ardiendo en el fuego, pero en los Estados Unidos, no es así”, dijo la jueza. Asimismo, esta madre siguió tratando de defenderse y su pretexto fue que “temía que él creciera y se convirtiera en un criminal si no comenzaba a disciplinarlo más severamente”.

Quien haya alertado a la Policía acerca de este hecho hizo un enorme bien, pues seguramente no haya sido la primera vez que el pequeño haya recibido este tipo de intimidaciones. Aunque al mismo tiempo puede llegar a ser doloroso estar lejos de su madre, más doloroso será crecer en un ambiente hostil donde sus derechos no están resguardados y su integridad física y psíquica se ve vulnerada día a día.

Educar en la violencia no sirve

Me duele en el alma cuando escucho a la gente decir “mi madre me daba unas cuantas nalgadas para corregirme y aquí estoy, entero y sano”. Y me quedo reflexionando si es realmente tan así, o si en su interior esa persona no guarda algún tipo de rencor, o de feos sentimientos.

Los niños son puros y somos los adultos quienes debemos estar en todos nuestros cabales para poder afrontar el enorme desafío de no perder la paciencia. No digo que sea fácil, pues más de una vez la he perdido con mis dos hijos. Soy una mamá normal: no les quiero gritar pero a veces les grito, no quiero perder la paciencia, pero a veces la pierdo. Pero lo que nunca debemos hacer es pasar el umbral y volcarnos hacia el camino más fácil, que es el del castigo físico. Aunque pienses que tomarlo fuertemente del brazo, tirarle de la oreja o pegarle una nalgada sea algo mínimo, el daño que le inflige a un niño va mucha más allá de lo físico, sino que daña su moral. Imagina entonces ponerle la mano en la hornalla bajo el fuego.

Desde ya, el castigo no es un buen método educativo, aunque sea algo muy común de implementar. Tu hijo no hace caso, lo dejas sin paseo, o si no pone la mesa, le quitas la TV por una semana. Son castigos que no tienen una relación directa con su acto, y es por ello que muchas veces, aunque resulte eficaz en el instante, no lo es a largo plazo y la raíz del problema sigue persistiendo. es decir, en el momento el niño deja de comportarse indebidamente, pero al tiempo vuelve a cometer aquello que no debía ¿por qué esto es así?

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Esto sucede porque los castigos dañan la autoestima y valoración del niño, quienes se sienten que no pueden hacer nada bien, y además, para evitar el castigo pueden llegar a tomar el camino de la mentira.

Consecuencias del castigo en los niños

De acuerdo al sitio Educación respetuosa, existen algunas consecuencias de criar a un niño bajo castigos y amenazas, ya sean verbales o físicas:

  • Dificulta la comunicación

  • Deteriora la autoestima

  • Fomenta la agresividad

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  • Genera inseguridad

  • Dificulta el autoconocimiento y el respeto por uno mismo

  • Desarrolla comportamientos de victimización y sumisión

¿Cómo evitar y reemplazar los castigos?

Si comienzas a castigar a tu niño desde muy pequeño y no evalúas y experimentas otras formas de educación, será mucho más difícil cuando sea adolescente. Pero si desde pequeño comienzas a mostrar las consecuencias de sus actos en vez de castigarlos, estrás implementando una educación basada en la empatía y en el autoconocimiento de los propios actos. Por ejemplo:

  • Tu hijo pinta la pared con un crayón. De nada sirve que debido a ese acto lo dejes sin caramelos. Por el contrario, explícale que ahora él deberá ocupar su tiempo en limpiar la pared. Al menos a mí, me ha funcionado.

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  • Tu hijo adolescente no quiere hacer su cama. Sí, tal vez sirva que le cortes el internet. Pero más aún aprenderá si, en vez de terminar colocando tú las sábanas, las dejes sobre el colchón hasta que se digne a colocarlas. Lo mismo puedes hacer con la ropa que no quiere guardar.

Entiendo que muchas veces suena utópico, y en algún momento de nuestras vidas como madre sucumbimos a algún tipo de castigo. La maternidad se va construyendo día a día con pequeños actos. Lo único que debemos tener en cuenta es que la integridad física y moral de nuestro hijo debe estar en nuestras prioridades y que el castigo físico no sólo traerá una ingrata consecuencia para su vida sino para la comunicación contigo y sus pares.

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Fernanda Gonzalez Casafús

Fernanda es Licenciada en Periodismo, especialista en Redacción Digital y Community Managment. Editora de contenidos y redactora en Familias.com. Nacida en Argentina y mamá de dos, ama los animales, la danza, la lectura y la vida en familia. Escribir sobre la familia y la maternidad se ha convertido en su pasión.