Era exitoso en su trabajo, pero decidió dejarlo todo para trabajar de ésto. Ahora el mundo lo aplaude

Su vida cambió para siempre cuando decidió prestar atención a algo que muchos ignoramos. Tú podrías hacer lo mismo.

Fernanda Gonzalez Casafús

Cuando una persona tiene una vocación, tarde o temprano ésta saldrá a la luz. Como le sucedió a un barbero de Irlanda, que dejó su trabajo detrás de un escritorio y decidió realizar uno donde despliega ahora no sólo su potencial sino su increíble solidaridad.

De acuerdo a Mail Online Lenny White tiene 36 años y un trabajo donde pone el corazón. Lo llaman “el barbero de la demencia”. En la flor de su vida Lenny decidió que tenía mucho para dar y dejó un trabajo prometedor de alto vuelo (pero que no lo satisfacía en absoluto), para dar rienda suelta a una vocación que descubrió cuando era adolescente: trabajar con los ancianos.

Lo que hizo fue renunciar a su trabajo y comenzar a capacitarse en un oficio, así se convirtió en barbero y decidió trabajar con personas mayores, específicamente aquellas enfermas de alzheimer, y su elección no fue casualidad. Cuando él era adolescente había trabajado como portero en una casa de cuidados de ancianos y nunca olvidó su experiencia allí. Sentía que algo tenía que hacer por ellos y fue entonces que puso manos a la obra.

Lenny recordaba cómo los ancianos entraban a la sala de peluquería en el hogar de ancianos y se estresaban porque no reconocían nada a su alrededor y se cortaban el cabello en un salón dedicado a las mujeres. Por ello, él quiso ir más allá y preparó algo muy especial para los abuelos.

Trabajar para el Alzheimer

Cuando comenzó a trabajar en su primer asilo de ancianos en noviembre de 2016, Lenny llevó consigo una máquina de discos antigua y productos pasados ​​de moda para que los hombres sintieran que estaban en un entorno familiar. Él dijo: “Quería crear un entorno masculino para los hombres, donde pudieran entrar y tener un poco de diversión, un poco de bromas y tener una experiencia de barbería real, básicamente”

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A partir de entonces, su trabajo fue creciendo y hoy visita diversos asilos de ancianos de Irlanda, llevando no sólo su habilidad como barbero sino todos sus productos para que los abuelos se sientan en un clima a gusto y recuerden sus épocas.

Los residentes se relajan, cantan junto a la música, mueven sus pies, y crean una atmósfera realmente diferente“, dice Lenny, quien también trabaja a tiempo parcial como asistente de cuidados, para aprender sobre cómo cuidar a las personas mayores, algo que ha sido muy útil en su trabajo. Lenny sabe cómo calmar y tranquilizar a alguien con alzheimer mientras arregla su pelo.

Él explicó: “Tienes que tomarte tu tiempo con ellos y ser paciente. Mantener una mano en su hombro y moverla, haciéndoles saber que estás allí”. El hombre dice que planea franquiciar su negocio y trabajar con otros grupos vulnerables ahora que sabe cómo hacer que la gente se sienta cómoda. “No es fácil, también tiene sus desafíos emocionales, pero es muy, muy gratificante”, aseguró.

Cuando la gratificación vale más que la paga

La historia de Lenny es sumamente ejemplificadora, pues nos enseña que uno debe seguir su instinto y su corazón cuando algún indicio te marca el camino. Para él tal vez hubiese sido más fácil seguir en su empleo seguro, donde recibía una buena paga. Pero la grata experiencia vivida en su adolescencia con los ancianos le hizo saber que él tenía aún mucho para dar.

El que no quiere hacer algo encuentra excusas, y el que sí quiere hacerlo encuentra los medios“, dice el dicho popular. ¿Cuántas veces nos ponemos excusas a nosotros mismos? ¿cuántas veces boicoteamos nuestras propias aspiraciones? El miedo es un gran desafiante, sin dudas, pero si confiamos en nuestras propias capacidades, siempre encontraremos la veta para hacer de nuestro objetivo un sueño cumplido.

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Tratar a una persona con alzheimer

Para las personas que trabajan a diario con ancianos con alzheimer no es nada fácil encontrar la forma adecuada de dirigirse a ellos, pues no siempre se obtiene lo que se espera de ellos. Para tratar a alguien con esta enfermedad, lo fundamental es el respeto y el conocimiento de los síntomas.

De acuerdo al sitio Dementia Today, existen una serie de recomendaciones a tener en cuenta en el trato cotidiano de un paciente o familiar con Alzheimer:

  • Tratar de anticipar y abordar las necesidades o preocupaciones antes de que se conviertan en un problema.

  • Escuchar y comunicarse con paciencia: tratar de reducir las frustraciones que la persona puede sentir por no poder comunicarse con eficacia.

  • El uso de memoria las señales verbales, visuales, auditivas, son importantes para ayudar a la persona a mantenerse concentrado durante las conversaciones o las tareas del día a día.

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  • Escribir notas a la persona para recordarle tareas rutinarias

  • Reorientar la conversación sin contradecir o negar las declaraciones de la otra persona

La forma en la que se gestionan las emociones de una persona con Alzheimer es un punto crítico en su trato cotidiano y ayuda a quienes están a su alrededor a tener una convivencia más fluida y satisfactoria. Si tienes un familiar con esta enfermedad, no dudes en informarte en profundidad acerca de sus síntomas y consecuencias, para una mayor comprensión de ese ser querido. Y no olvides compartir esta bella historia, para recordar siempre que hay motivos de sobra para sentir la gratificación de ayudar a los demás.

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Fernanda Gonzalez Casafús

Fernanda es Licenciada en Periodismo, especialista en Redacción Digital y Community Managment. Editora de contenidos y redactora en Familias.com. Nacida en Argentina y mamá de dos, ama los animales, la danza, la lectura y la vida en familia. Escribir sobre la familia y la maternidad se ha convertido en su pasión.