¿Casada y sientes que tu estrés va en aumento? Reconocer el causante de tu situación y aprende a combatirlo
Un estudio Realizado en estados Unidos concluyo que los mayores causantes de estrés en las esposas son sus maridos. Lee las razones y cambia tu situación si es medianamente parecida.
Erika Otero Romero
Quizás en algún momento te has preguntado a donde se fue ese hombre del que te enamoraste cuando tenías unos años menos. Tranquila, ese hombre sigue ahí, oculto entre ese desinterés por ayudarte en casa, en esa mala cara cuando le pides que vayan a visitar a tu familia o que saque tiempo para ir a la reunión de padres de familia de la escuela de tus hijos.
No te preocupes ni te avergüences si a causa de esa actitud has llegado al punto de exasperarte y a la vez han tenido fuertes discusiones por ello; no eres la única ya que son pocos los hombres que se ofrecen a compartir ese tipo de responsabilidades familiares y hogareñas, mismas que deberían ser asumidas por ambos.
Dada esa situación, muchas mujeres alrededor del planeta acusan sufrir estrés en el hogar del cual culpan a sus esposos y no a sus hijos o por lo menos eso es lo que señala una encuesta realizada en USA, donde más del 46% de las madres de familia lo afirmaron.
Pero ¿Cuáles son las situaciones provocadas por los esposos que generan estrés en sus parejas?
Básicamente tiene que ver con dos grandes situaciones:
Expectativas sin realizar
Podría señalar que esto en parte es “culpa” de la esposa por esperar algo de su pareja; sin embargo, estaría muy equivocada al hacerlo ya que es justo que esperes y tengas altas expectativas en la persona con la que compartes día a día.
La causa de depositar tantas esperanzas en el esposo se debe a la cultura actual de la equidad de género e igualdad. Pese a eso, muchos hombres no comparten ese pensar pues para ellos la mujer es quien debe ocuparse no solo de la crianza de los hijos sino de todo lo que tiene que ver con el hogar.
Ante la evidente falta de compromiso con las responsabilidades del hogar, muchas mujeres prefieren que su pareja este fuera de casa el mayor tiempo posible, de esta manera se decepcionan menos y las tareas de la casa se hacen menos complicadas.
Así la situación, es natural que las mujeres se frustren con sus cónyuges y el desencanto haga mella en sus días, haciendo que el estrés por la cantidad de ocupaciones y la falta de ayuda en la casa colme a la esposa.
La necesidad de reconocimiento de los hombres
Muchos hombres sienten que son desplazados por las madres en lo que tiene que ver con la crianza y educación de los hijos. Para muchos es una necesidad que les sea reconocido su esfuerzo como padres, para ellos es imprescindible que se les agradezca e incentive con halagos y palabras amables, lo que no le ocurre a las mujeres que hacen de todo sin esperar ningún tipo de estímulo, aunque si se da, no lo rechaza pues siempre es bueno un poco de agradecimiento.
Sin lugar a dudas, esta situación surge debido a la mala calidad en la comunicación de la pareja, la mujer espera mucho del hombre y este cree que hace lo suficiente en el hogar. Todo sería muy diferente si ambos hablaran de manera amable acerca de lo que se desea y se piensa del rol de cada uno y llegan a un acuerdo.
Y entonces ¿De quién es la responsabilidad?
No es cosa de ver quién tiene la culpa ya que de por si llevar una relación no es algo que se construya de la noche a la mañana y ninguno de los dos es perfecto en las relaciones, si así fuera no habría de qué quejarse.
El asunto es lograr ser los suficientemente sensatos como para reconocer que no siempre se logra un equilibrio y que nada de malo hay en ello, esto para evitar acusar al otro de los problemas tanto en la relación como en la crianza de los hijos. El gran problema es que muchas veces las mujeres quieren cubrir TODAS las necesidades y asuntos faltantes, provocándose así un estado de estrés alarmante.
Y ¿Cómo remediarlo?
Las opciones son variadas.
Se puede optar por terapia de pareja si la situación es bastante apremiante, pero si no se ha llegado a tal punto, la pareja puede optar por cosas más sencillas que fortalecerán la relación consigo mismo como con el otro.
El ejercicio juntos no solo los despeja y cambia la rutina, además les permite pasar tiempo juntos y al aire libre es una mejor opción -y más económica-.
Practicar el arte de hablar de manera clara y sin rodeos también les ayudará a saber qué quiere la otra persona de su cónyuge, qué espera y quita de encima la manía de suponer y de esperar algo del otro que la persona como tal no tiene ni idea que se espera de él.
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Por último, Si desde un principio ambos quedan claros en sus propósitos para con la relación, para con ellos y con los hijos y saben el papel a desempeñar o por lo menos lo que el otro espera de su pareja, los problemas serán menos o por lo menos se tendrá conocimiento de la raíz de las dificultades.