El amor: una vivencia íntegra de la Semana Santa en familia

Si buscas una forma de vivir en familia la Semana Santa desde tu hogar, de manera que renueve la fe de los tuyos, estás en el lugar correcto.

Marilú Ochoa Méndez

Antes de casarme, disfrutaba visitar -con amigos y conocidos- comunidades de escasos recursos en la Semana Santa. Llevábamos ropa, regalos, guitarras y mucho entusiasmo por hablar de Dios a las personas y contagiarnos de su fe sincera y profunda. A mi esposo y a mí nos parecía la mejor actividad para vivir nuestra fe de manera intensa esos días santos.

Todavía recuerdo la primera Semana Santa con mi primer hijo, que en ese momento tenía apenas dos meses. Nuestra asistencia a las celebraciones religiosas se vio boicoteada por el llanto inconsolable de mi bebé que no entendía que papá y mamá querían orar y meditar. Si también a ti te gustaría lograr empapar a tus hijos de la actitud necesaria para acompañar a Jesús en el camino de la Pasión, ¡sigue leyendo! Te comparto algunas excelentes ideas, que en mi familia han funcionado bien:

1. Es un acierto vivir a fondo estas fechas

Dios es necesario en cada corazón. La sed espiritual que experimentas cuando te sientes frustrada, o cuando estás más irascible que de costumbre, siempre se sacia con un momento a solas con Dios. Por ello, es importante ayudar a tus hijos para que vivan una relación intensa con Dios, que les brinde paz y orientación en los momentos difíciles y agradables de su vida. ¿Qué mejor regalo podrías darles que una relación profunda con el mejor amigo, siempre disponible y que además es Todopoderoso?

Relee: La importancia de enseñar a nuestros hijos pulcritud e higiene.

2. Vivir de manera sencilla y práctica

Hablar de manera sencilla de lo que ocurre en estas fechas ayuda a que tus hijos comprendan su importancia: mirar la cruz y reconocer que un hombre dejó su último aliento cargándola y muriendo en ella por cada uno, es un mensaje sencillo y profundo.

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3. Crear momentos especiales

Hace varios años, a mi esposo se le ocurrió revivir la escena del lavatorio de pies que realiza Jesús un día antes de la Pasión. Sentó a todos mis hijos en la sala y les explicó que Jesús había querido tener ese signo con sus apóstoles para mostrarles que su labor sería más de servicio que de privilegio. Una idea que puedes tomar es esta, pero hay miles; se me ocurre, por ejemplo, cada día realizar una actividad de servicio el uno por el otro, evitar quejarse todos juntos ese día, aprovechar los días de descanso para realizar una actividad de servicio en un orfanato o un asilo de ancianos.

Relee: Fe, esperanza y caridad en la vida cotidiana.

4. Vivir alegría sana y ¡celebrar!

Hay familias que se reúnen el Domingo de Resurrección para realizar una comida especial, elegante y única. ¿Por qué? Porque es una fiesta incluso más importante que la Navidad, ya que como dijo Pablo a los Corintios: “Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, y vana es también vuestra fe” (1 Corintios 15:14). ¿No crees que los más chicos en casa disfrutarán enormemente una comida familiar que festeje al Rey de Reyes?

5. Preparación de papá y mamá, antes que todo

En estos días, de manera especial sería bueno dedicar un momento a solas y un momento juntos como matrimonio para orar y preguntar a Jesús qué es lo que Él quiere que se viva ese día en familia. ¡Será muy enriquecedor!

6. Procurar el amor

¿Recuerdas cuando le preguntaron a Jesús cuál era el mandamiento más importante de todos? Él respondió así: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22: 37-39).

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Este debe ser el eje que los cristianos procuremos toda nuestra vida: siempre vivir el amor evangélico. Y, ¿cuál es este? El que está hermosamente descrito por Pablo en su primera epístola a los Corintios:

“La caridad es sufrida, es benigna; la caridad no tiene envidia, la caridad no se jacta, no se envanece; no se comporta indebidamente, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa el mal; no se regocija en la maldad, sino que se regocija en la verdad; todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. La caridad nunca deja de ser; porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo que es perfecto, entonces lo que es en parte se acabará” (1 Corintios 13: 4-10).

Siguiendo este camino en Semana Santa y siempre, seguro podremos caminar junto con nuestra familia para estar cada vez más cerca de Dios. Y tú, ¿de qué manera vives con tu familia estas fechas?

Si quieres profundizar en el tema, relee: Semana Santa: 5 ideas para crear tradiciones familiares

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Marilú Ochoa Méndez

Enamorada de la familia como espacio de crecimiento humano, maestra apasionada, orgullosa esposa, y madre de siete niños que alegran sus días. Ama leer, la buena música, y escribir, para compartir sus luchas y aprendizajes y crecer contigo.