Él nunca imagino que su trabajo sería pedir dinero en las calles. Su fortaleza y motivación es su familia
La vida de un hombre cambió de repente. Ahora tiene un trabajo que le avergüenza pero sigue adelante. Conoce la historia
Adriana Acosta Bujan
Seguramente has escuchado la frase “La vida es una rueda de la fortuna”, algunas veces estamos arriba y otras abajo, me refiero en todos los sentidos: económicos, emocionales, personales, laborales entre otros.
Algunas personas cuentan con la fortuna de tener un trabajo redituable, una familia, salud, amor y en un instante todo cambia: las metas, sueños e ilusiones se vienen abajo, como es el caso de Kawsar Hussain un padre que vive en India, que sobrevive y mantiene a su familia pidiendo limosna en las calles, según lo publicado en Baúl de ideas y otros medios.
Un trabajo para sobrevivir
Hace diez años Kawsar era un hombre común, tenía un trabajo y una hermosa familia. Sin embargo, todos sus sueños se destrozaron cuando sufrió un accidente. El autobús nocturno, que solía agarrar para regresar a casa, cayó de un puente y sorprendentemente sobrevivió. Las consecuencias fueron terribles, él quedó lisiado, los médicos tuvieron que amputar su brazo derecho, dejándolo discapacitado.
Un trabajo que le avergüenza
Él vive con tristeza y dolor, no solo por el hecho de aceptar perder una parte del cuerpo muy importante para cualquiera, sino por no haber encontrado una oportunidad laboral. Son muchas las personas que necesitan de un trabajo para poder vivir, a menos que hayan recibido una herencia o sean millonarios.
Kawsar no tuvo otra opción que ser limosnero, estirar la única mano que le queda para pedir dinero por las calles y así poder mantener a su familia.
El regalo más caro de su vida
El padre fue capaz de reunir dinero durante dos años, con el objetivo de obsequiarle un vestido nuevo a su hija de nombre Sumaiya. Él se dirigió a la tienda junto con su pequeña para elegir su regalo, sin embargo: el empleado con poca sutileza, preguntó a Kawsar que sí era limosnero. Con lágrimas en los ojos y el corazón destrozado, explico su historia, mientras su pequeña le rogaba que salieran de la tienda, puesto que ya no quería un vestido.
Amor incondicional
Su hijo menor le preguntaba dónde dejó la otra mano (con inocencia) y su hija Sumaiya es la que todos los días se encarga de alimentarlo, pues sabe lo difícil que es hacer las cosas con sólo una mano. Kawsar lleva a sus hijos a la escuela, sin embargo: algunas ocasiones no tiene dinero para pagar los exámenes, así que alienta a sus hijos con la frase: “el gran examen de todos es la de vida”.
Enfrentando los obstáculos
El padre llevó a su hija al parque usando su nuevo vestido color amarillo, con su ingenio pidió prestado un celular a su vecino para tomar una fotografía como un recuerdo.
Él sabe que tiene que seguir trabajando, sin embargo: siente vergüenza de que su hija lo vea pidiendo dinero en las calles, no es capaz de mirarla a los ojos. La pequeña nunca deja solo a su padre por temor a que le pase otro accidente, así que a distancia se cuidan mutuamente. Kawsar se siente feliz al ver a su hija jugando en el parque disfrutando de la vida, con su regalo. ¡No hay precio que pague una sonrisa!
ñar a los hijos valores, uno de los más importantes son las relaciones sociales. Por ello te comparto: Ense
Oportunidades laborales
Ningún tipo de trabajo puede causar una vergüenza, mientras sea honrado. Me imagino la angustia de cualquier persona discapacitada al enfrentarse con sus miedos y el mundo laboral. Por fortuna, muchos países los están contratando, con el objetivo de ayudarlos, según Milenio31 empresas obtuvieron un reconocimiento en México por parte de la Red de Vinculación Laboral para personas con discapacidad.
El peor error de cualquier persona discapacidad o no, es darse por vencido, existen muchos casos de éxito de los cuales podemos aprender. Por tal razón te comparto este video extraordinario del famosoNick Vujicic.
No todas las personas estamos capacidatas para relacionarnos con personas discapacitadas por tal razón te comparto: 3 reglas de oro para dirigirse a personas con discapacidades
Adriana Acosta Bujan
Adriana Acosta estudió comunicación, es madre y abuela, y actualmente se dedica a la enseñanza e investigación a nivel universitario en Puerto Vallarta. Publica sus escritos esperando que ayuden a las personas que leen sus útiles vivencias.
