Ella tenía muerte cerebral, los bebés dentro de su vientre estaban a punto de morir cuando algo sorprendente sucedió
La última palabra siempre la tiene Dios. Esta historia toca el corazón de todos
Fernanda Gonzalez Casafús
Hay una frase que me gusta mucho que dice “Dios le da las batallas más fuertes a sus mejores soldados”. Sin duda que es así. Esta historia es gran ejemplo de ello.
Esta historia me ha tocado el corazón. Según reporta Daily Mail, Frankielen da Silva Zampoli Padilha era una joven de 21 años de origen brasileño que soñaba con el día que tuviera en manos a los gemelos que llevaba en su vientre. Su embarazo estaba apenas comenzando. Las 9 semanas de vida que tenían sus bebés en el vientre la llenaban de ilusión respecto de un futuro promisorio. Sin embargo, el destino tenía preparada otra historia.
Un dolor premonitorio
Frankielen estaba un día en su casa cuando comenzó a sentir un dolor agudo y punzante en la zona de la nuca. Llamó a su marido, Muriel Padilla, quien salió de su trabajo rápidamente para ver qué sucedía con su esposa. Según reporta Metro, el esposo contó: “Ella dijo que su cabeza la estaba matando. Le dije que tomara una tableta. Pero ella dijo que había un dolor agudo en la parte posterior de su cuello y era tan fuerte que ella sentía que iba a colapsar”.
Cuando llegó a su casa la encontró vomitando y muy mareada. Evidentemente había algo más que un simple dolor de cabeza. Muriel, aturdido por ver a su mujer tan mal, la llevó rápidamente al hospital. Pero la joven, con sus escasos 21 años, tuvo una gran intuición y supo que no saldría con vida de esta situación.
Palabras de despedida
Camino al hospital, Frankielen le dijo a su marido, “Quiero que estés preparado para aceptar esto porque estaré allí, no volveré a casa “. Imagino a su marido escuchando esas palabras y pensando que eso no iba a suceder. Sin embargo, las palabras marcaron el destino, pues en ese momento se desmayó y esas llegaron a ser sus últimas palabras.
Una hemorragia fue la causante
Cuando la joven llegó al Hospital, los médicos descubrieron que había tenido una gran hemorragia cerebral, una vena había estallado en su cerebro, logrando la conmoción. Luego de numerosas pruebas, declararon a la joven con muerte cerebral; ya no volvería a despertar. Pero ¿qué sucedía con los gemelos que tenía en su vientre?
Los médicos esperaban la muerte de los bebés
“Los médicos dijeron que darían a los bebés tres días más de vida porque le dieron a mi esposa múltiples tomografías computarizadas, la sedaron con drogas poderosas y la bombearon con antibióticos, y esto significó que todo había terminado en nuestros bebés”, dijo el triste esposo a Metro. Sin embargo, mientras esperaban la pronta muerte de los bebés, el milagro sucedió.
Los médicos habían advertido que, tan pronto los corazones de los bebés dejaran de latir, la familia podría darle una digna sepultura a los tres. Sin embargo, los corazoncitos nunca se detuvieron. Como la madre aún conservaba sus órganos intactos, los gemelos seguían desarrollándose de forma normal. Entonces, la decisión fue mantener con vida a Frankielen, para que sus bebés pudieran llegar a término. Y así, pasaron 123 días en el útero de su madre, esperando nacer.
Una pérdida, y dos milagros
Pasados unos meses de gestación, los médicos decidieron que ya estaban listos para nacer. Los gemelos habían estado siendo controlado cada día a través de monitoreos constantes. Además, medían la presión arterial en las venas, el corazón y las arterias, junto con el flujo sanguíneo y la cantidad de oxígeno. Los médicos dijeron que fue un caso extremadamente difícil, pero también asombrosamente milagroso.
El amor de la familia de esos bebés milagro se hizo notar: cada día, y durante la hospitalización de Frankielen, los familiares y también el personal médico acariciaba diariamente el vientre de ella, para que los bebés sintieran el contacto físico y el afecto. Este acto de amor, además de los cuidados médicos, fue fundamental para el buen desarrollo de los gemelos. En la sala, médicos, enfermeras, nutricionistas, fisioterapeutas y profesionales de la salud desarrollaron una notable rutina de cantar, hablar y acariciar el vientre de Frankielen embarazada.
Finalmente, los gemelos Asaph y Anna nacieron mediante cesárea y alegraron el corazón de toda la familia, a pesar de la terrible pérdida de su madre. La madre de Frankielen, Ángela, dijo “Estoy muy orgullosa de mi hija. Ha sido difícil perderla, pero ella fue una guerrera hasta el final, protegiendo a sus hermosos hijos y dándoles vida hasta el día en que finalmente murió”.
¿El derrame cerebral, avisa?
El derrame cerebral se produce cuando se interrumpe el flujo sanguíneo que lleva sangre al cerebro. Esto puede suceder debido a un coágulo que bloquea el paso de la sangre o por la ruptura de un vaso sanguíneo en el cerebro.
Cuando Frankielen sintió una tremenda punzada en su nuca era notorio que el síntoma estaba presente, pero, ¿cómo identificarlo? Según un artículo publicado por la BBC, algunos síntomas pueden dar aviso de que una persona está a punto de sufrir un derrame cerebral:
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Debilidad repentina en la cara, el brazo o la pierna, casi siempre en un lado del cuerpo
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Parálisis en un lado de la cara
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Debilidad en los brazos
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Dificultad para hablar
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Problemas repentinos con la visión de uno o ambos ojos
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Dificultad repentina para caminar,
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Mareo
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Pérdida de equilibrio o falta de coordinación
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Dolor de cabeza súbito y severo sin causa conocida
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Confusión y problemas de percepción
Riesgos
Hay muchos factores que pueden incidir en un derrame cerebral, tales como hipertensión, colesterol, diabetes y fibrilación atrial. También son factores de importancia fumar, la obesidad, la falta de actividad física y una mala dieta.
Por ello, siempre es necesario llevar una dieta equilibrada y una vida sana, y por supuesto, controlarse de forma rutinaria con el médico de cabecera.
No olvides que la última palabra la tiene Dios, y sus caminos son impensados y misteriosos. El trauma de esta madre apagó su vida pero encendió la de estos dos angelitos que crecieron con un gran equipo dispuestos a cuidarlos y amarlos. Su madre, seguramente, los cuida desde algún lugar.