Esta SIMPLE PREGUNTA, hará que cualquier niño (hasta el más malcriado) logre calmarse en un berrinche (por más horrible que sea el escándalo que te esté haciendo)
Descubre la frase mágica, el sueño de todo padre, una técnica para usar en el momento en que los hijos tienen una rabieta de esas que no se sabe qué hacer.
Viviana Domínguez
Vale la pena probar
¿Quién como padre no ha pasado por esos momentos en los que no se sabe qué hacer ante un berrinche de los hijos?, especialmente los más pequeños, quienes durante su etapa de los 3-5 años tienen estos episodios a diario y traen mucho estrés a los padres.
Recientemente visité a mi amiga, quien tiene niños de todas las edades, y era justo la hora de ir a dormir, uno a uno, cada niño tomó su turno de baño, se puso el pijama, y en línea pasaban dando un beso de buenas noches, EXCEPTO el pequeño de 3 años, a quien corrían por la casa para llevarlo a la cama.
Finalmente fue atrapado, cambiado y puesto en su camita, para que 5 minutos después nuevamente estuviera jugando por toda la casa.
La madre y el padre ya frustrados se dieron por vencidos, y el niño continuó dando vueltas alrededor del lugar. Sin duda, esta etapa de los niños requiere mucha paciencia, y perseverancia, y ellos lo saben muy bien, por eso ellos continúan con el comportamiento de berrinche por el cual, en general, desean obtener algo.
Un artículo publicado en Viralistas aborda el tema y comparte una forma sencilla y efectiva que vale la pena probar.
Una sola pregunta
Una madre quien escribe el artículo, cuenta la forma en que está ayudando a su hija única a abordar una situación de berrinche, y lo hace con una pregunta muy sencilla:
“¿Es un problema pequeño, mediano o grande?
En su relato, la mujer explica que los niños expresan sus emociones de frustración a través de un berrinche, ya sea que un juguete se les rompió, perdieron algo que quieren, o simplemente tienen una diferencia con sus hermanos mayores o padres.
Para encarar esta situación con su hija, empezó a aplicar la técnica de usar esta simple pregunta, y según sus palabras, al principio la niña quedó algo desconcertada, por lo que se tomó un tiempo para pensar la respuesta.
Luego respondió que su problema era gigantesco y no había ninguna solución, pero empezó a calmarse, y aceptó la propuesta de la madre.
Progresivamente los resultados fueron mejorando.
En otra crisis, la madre utilizó la misma técnica, y la niña se calmó de inmediato, entendiendo que el problema no era tan grave, y nuevamente junto con su mamá, encontraron una solución.
Actualmente, la pequeña, no sólo disminuyó el nivel de frustración sino que se acerca a la madre directamente y expresa “mamá, tengo un problema pequeño” (o del tamaño que ella percibe que es).
¿Qué opinan los expertos?
Los psicólogos concuerdan con esta técnica porque permite a los niños realizar tres cosas:
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Percibe que es escuchado, y se tiene en cuenta sus emociones.
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La pregunta funciona como re-direccional de la situación, estimulando al pequeño a pensar y accionar, paralizando la reacción.
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Obtienen una perspectiva correcta de las cosas y aprenden a buscar una solución.
Para entender mejor la importancia de estas tres cosas, analizaremos a cada una de ellas en particular, y así podrás ver que no sólo estás conteniendo una situación de frustración sino que a la vez brindándole una fuente de ayuda para toda la vida.
Los niños necesitan ser escuchados:
Por lo general, el no ser o sentirse escuchados, es la causa principal de sus frustraciones. Recuerda que los niños, no pueden aún formalizar una idea abstracta, su mundo de comunicación se reduce a sus emociones.
Estar alerta a las diferentes manifestaciones y darle un nombre adecuado, como por ejemplo: estás frustrado, enojado, feliz, triste, decepcionado, permite que el niño a medida que crezca pueda conocerse mejor así mismo, y en el momento de racionalización, sabrá comunicarse apropiadamente con las demás personas, y no tendrá que actuar en forma inmadura.
Enseñar a re-direccionar las situaciones:
Cuando trabajas con adolescente a diario como me toca a mí, re-direccionar una situación es la clave de la resolución de conflictos, pues esto supone, entender de primeras instancias las emociones subyacentes que causan el conflicto en la persona. Aplicado a un berrinche, el redireccionar la situación implica desviar la atención de lo que causa la frustración y enfocarse en encontrar una solución juntos.
Encontrar la perspectiva correcta de la situación:
Determinar si el problema es pequeño, mediano o grande es de suma importancia. ¿Cuántas veces, aun de adultos, perdemos la perspectiva de las situaciones sintiendo que algo que en verdad es pequeño no nos permite dormir? Enseñar a los niños desde pequeños la dimensión correcta de un problema es una forma de prepararlos para la vida real .
Parece mentira, pero tal vez después de tanto tiempo de pensar que los berrinches son un problema muy serio, hoy tienes una nueva perspectiva, la que te permitirá escuchar a tu pequeño y re direccionar su vida con sólo una pregunta “¿Es un problema, grande, mediano pequeño?