Evita la obesidad de tus niños desde casa
Como madre cuidas la alimentación, la educación y el desarrollo físico de tus hijos. Tú no puedes evitar la obesidad en el país, pero sí en tu casa. Aquí te digo cómo.
Elitania Teresa Ruvalcaba Blancas
Habrás escuchado que un problema grave a nivel mundial es la obesidad en los niños. El porcentaje de menores con problemas de sobrepeso y por consiguiente con enfermedades provocadas por esto, se torna alarmante. Muchos solicitan que los gobiernos e instancias internacionales tomen cartas en el asunto para revertir las causas de este problema infantil de salud generalizado. Lo más triste es que no hay que buscar mucho la causa principal del problema. Duele reconocerlo, pero el origen tiene sus raíces bien arraigadas en el hogar.
A veces como madres no queremos ser las malas de la historia; pelear en el almuerzo y en la cena para que tus hijos coman, no es agradable. Muchas veces nos rendimos y los dejamos comer lo que quieran y nos decimos que es solo una fase, pero ahí yace el problema.
Como madre tienes la obligación y responsabilidad de los pequeños de la casa; su crianza involucra indudablemente la alimentación, la educación y el desarrollo físico. Si hay un problema de obesidad en casa, es porque se están descuidando estos puntos importantes. Para corregirlos, deberás comenzar por ti, por cambiar hábitos y rutinas, aunque esto conlleve invertir más tiempo y esfuerzo en las actividades diarias. Es seguro que sobre la marcha todo se puede mejorar:
Alimentación saludable
Ahora es la época en que están de moda los productos orgánicos y naturistas, la era vegetariana y del conocer el “plato del buen comer” donde te instruyen y orientan sobre las porciones y cualidades del alimento recomendado para la familia. Una dieta no significa dejar de comer. Hacer una sola comida y comer en exceso a causa de los periodos prolongados de ayuno solo te hará aumentar de peso. Y ajustarte a una dieta no significa bajar de peso; al contrario, una dieta balanceada te permitirá comer el tipo de alimento y porciones recomendadas en los horarios necesarios de acuerdo a las características de cada miembro de la familia, esto para conseguir mantener la salud en primer lugar y después para mantener el peso ideal. Dentro de una dieta balanceada no hay cabida a la comida y bebida chatarra.
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Educación sobre cómo alimentarse sanamente
Tu niño no sabrá si lo que come es saludable, si no obtiene la información y orientación correcta al respecto. Si en casa está acostumbrado a consumir comida chatarra, a no disfrutar de comida que cuente con los nutrientes necesarios y que se adapta a ciertos horarios, será para él muy normal comer a cada rato y comer lo que encuentre; y si lo que encuentra son alimentos no sanos, pronto te enfrentarás a un problema de obesidad y de malos hábitos alimenticios que a la larga te traerán otras consecuencias. Lo recomendable es preparar los alimentos en casa aunque se tenga que transportar la comida a la escuela y tener previsto el alimento para las cinco comidas recomendadas para el día: desayuno, comida, cena y dos colaciones.
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Desarrollo físico
La poca o nula actividad física y el sedentarismo son clave para consentir a la obesidad. El ejercicio muchas veces no está contemplado dentro de las actividades diarias de los menores. A veces se considera que el esparcimiento se cubre con las horas que pasan frente al televisor y el ejercicio al movimiento de pulgares cuando están en el videojuego. No pierdas de vista que el ejercitarse para tener una buena condición física es indispensable para el buen funcionamiento del organismo de tu niño. Con el ejercicio y el sudor el cuerpo expulsa toxinas, también la actividad física ayuda a que cada órgano cumpla con su función y en el aspecto anímico permite que se tenga mejor humor. Destina al menos dos veces por semana tiempo a actividades de ejercicio.
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Si tienes ya un pequeño con problemas de sobrepeso, el primer paso a seguir será el explicarle las consecuencias negativas que puede causar a su vida en el aspecto social, personal y de salud, y que se puede revertir con disciplina y buenos hábitos alimenticios (debes tomar en cuenta la edad del niño). Pero más que decirle “ve a hacer ejercicio para que rebajes”, tómalo de la mano y ponte a jugar con él; que él se dé cuenta que no es un castigo ejercitarse, que es divertido y beneficioso para él. No es fácil tomar el tiempo para cocinar, jugar y hacer todas las otras tareas del hogar (sin contar el trabajo para aquellas madres que trabajan), pero la salud de tus hijos no tiene precio.