Joven, ¿ya no soportas a tu familia?
Si piensas que tus padres son insoportables y quieres abandonar la casa, antes de hacerlo, lee el siguiente artículo y no te des el lujo de perder a tus seres amados.
Erika Otero Romero
Me gusta mucho ese dicho que dice: “nadie sabe lo que tiene, hasta que lo pierde”. Lo aprecio porque me permite estar consiente de valorar todo lo que tengo para no darme el lujo de perderlo. Esto incluye lograr mantener las relaciones con las personas que amo.
Yo no soy una anciana, pero ya tiene algunos años que dejé atrás la adolescencia y, si me lo preguntas, considero que la familia es lo más valioso que puede existir para una persona. Aunque en la juventud es difícil aceptarlo, la verdad es que les debes no solo el tener el precioso don de la vida, sino además mucho de quién eres. Así que podría decirse que de una extraña manera estás en deuda con ellos y lo justo es que cuando emprendas la búsqueda de la persona que eres, no olvides el lugar ni las personas de donde procedes.
Es un hecho de que en algún momento de la vida cada ser humano debe elegir su propio destino. Por lo general éste lleva casi siempre a separarse de la familia y a veces, mantenerse en contacto con ellos depende mucho de tu voluntad. Eso no cambia que la mayoría del tiempo vas a extrañar muchas cosas que ellos hacían y que tú podías disfrutar de y con ellos. Es entonces y solo entonces que te darás cuenta de todo lo que los extrañas y eso es posible que te haga valorar regresar al hogar, aunque sea por unos pocos días al año.
3 aspectos que aprendes a valorar de tu familia cuando te has independizado
1. Te conocen mejor que nadie
Puedes decir una y otra vez que nadie te conoce, ten la seguridad de que jamás has estado más equivocado. Tus padres e incluso tus abuelos o tus hermanos mayores te han visto crecer, saben tus gustos, que te enoja y que te da más placer, eso entre muchas otras cosas. Puede ser que muchas veces hayas discutido con ellos, o que hayas salido de casa en medio de un fuerte disgusto. Con todo, estoy segura que en la lejanía añoras esas palabras reconfortantes que te daban fortaleza en los momentos de soledad y tristeza y, cuando estás cansado de comer huevo frito con arroz, o hamburguesas, extrañas el guisado de los sábados que preparaba tu mamá y que tanto te gustaba.
2. Son honestos al 100%
Puede ser que tengas buenos amigos, pero ellos nunca serán tan honestos como de seguro lo son tus familiares. Tus amigos no lo serán porque es probable que no deseen lastimarte al decirte algo que saben de ante mano que no te va a gustar. En cambio, tu familia se preocupa por tu bienestar y ellos harán lo necesario para que sufras menos de lo que puedas llegar a padecer.
3. Su afecto incondicional
Si estás enfermo, derrotado, o en el fango, siempre te tenderán una mano para apoyarte y asistirte cuando más los necesites. Sus consejos sinceros no se harán esperar cuando los pidas —e, incluso, si no lo haces—. Créeme que ellos no se medirán para estar ahí cuándo y cómo los necesites. Por lo mismo, si por cuestiones laborales o azares de la vida tienes que salir de casa, mi consejo es este: mantente en contacto con tu familia.
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¿Cómo estar en contacto con tus seres amados pese a la distancia?
Hoy en día no puede ser más fácil estar al tanto de los tuyos. Sé de una familia que tuvo que mudarse a los Estados Unidos de Norteamérica desde España. A pesar de que viven en continentes diferentes, cada navidad, año nuevo e incluso cumpleaños se conectan al Skype y celebran juntos esas fechas sin importar la diferencia horaria.
Además del Internet y todas las gamas de redes sociales, también puedes recurrir al correo normal, a las llamadas telefónicas, o incluso al telégrafo. Pero sin importar el medio de comunicación al que recurras para estar cerca de los tuyos, lo mejor que puedes hacer es visitarse mutuamente tanto como puedan, de esa manera los lazos amorosos que los unen se fortalecerán para la eternidad.
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