Por qué es mejor escuchar que hablar, en una relación matrimonial
Cuando nos sentimos frustrados con nuestra pareja tenemos el impulso de hablar, dar a entender nuestra situación y convencer que estamos en lo correcto. Sin embargo, es justamente cuando sentimos el impulso de hablar, cuando más debemos escu
Denhi Chaney
Es relativamente frecuente en una discusión matrimonial, que llegue un momento en donde no sabemos si vale la pena continuar una conversación, ya que no estamos llegando a ninguna parte. ¿Suena conocido y familiar? Es una imagen que si no fuera dolorosa sería casi cómica. Un argumento se vuelve en una pelea que, a veces, tiene un propósito: convencer a la otra persona que nosotros tenemos la razón y ella está completamente equivocada. Desde el momento en que tomamos esta actitud nuestro propósito principal es de hablar y convencer, ya no escuchamos, de hecho usualmente ya sabemos lo que vamos a decir antes de que la otra persona haya terminado de hablar. Frustración y enojo eventualmente cubren la conversación y esta acaba sin que nada se haya resuelto.
La mayoría de las parejas que vienen a mi oficina dicen que quieren mejorar su comunicación como pareja. Y aunque es cierto que se puede mejorar mucho la calidad en que comunicamos lo que pensamos y sentimos, la mayoría del problema viene de realmente no escuchar y hablar de más. Cuando logro que la conversación se vuelva más lenta, y les pido que repitan lo que entendieron que dijo la otra persona, usualmente se dan cuenta que realmente no estaban escuchando y que perdieron la intención detrás de las palabras que ya se han hablado. Es por esto mismo, que el escuchar es mucho más importante que el hablar. Los beneficios de saber escuchar realmente ayudan no solamente en momentos de conflicto pero en la comunicación general que sucede diariamente.
El escuchar usualmente limita sentimientos de enojo y frustración
Cuando escuchamos atentamente a nuestra pareja estamos más en conexión con lo que ella siente. El sentir, o tener esta empatía siempre ayuda a disminuir nuestros propios sentimientos de enojo y frustración pues rápidamente podemos sentir el dolor y frustración de nuestra pareja y no solamente el nuestro.
El escuchar provoca un cambio radical de actitud
Como se mencionó antes, es frecuente que cuando queremos hablar, tenemos la actitud de “quiero demostrarte que yo estoy en lo correcto”. Por otra parte, cuando deseamos escuchar, nuestra actitud cambia a la de querer en realidad entender a nuestra pareja. Este cambio de actitud hace una diferencia enorme en cómo nos comunicamos y cómo termina esta misma.
El escuchar provee un tiempo para organizar lo que nosotros mismos
Cuando queremos ser escuchados y hablamos de más nuestras palabras usualmente son impulsivas y sin tacto. El escuchar no solamente nos ayuda a entender a nuestra pareja sino también a nosotros mismos. En el momento en donde estamos escuchando podemos organizar lo que sentimos de tal forma que lo comunicamos más eficientemente y es simplemente lo primero que se nos viene a la cabeza.
Es necesariamente cuando sentimos el impulso de hablar, cuando debemos detenernos, para poner atención. Toma tiempo acoplarse a esta nueva actitud, pero cuando decidimos entender más que estar en lo correcto es cuando el ritmo de la conversación cambia totalmente. El hablar es sumamente importante pero nunca podrá compensar a alguien que escucha primeramente y luego abre la boca.