¿Qué hago? Mi hijo no deja de llorar en la escuela

¿Tu hijo llora en la escuela de manera constante? Aquí puedes darte cuenta si es transitorio, cómo puedes apoyarlo o si la situación requiere otras medidas.

Julia Tort Rodriguez

Asistir a la escuela por primera vez suele traer mucha emoción y expectativas en los niños. Y aunque los padres les hayan preparado para ese gran momento de quedarse solos por un rato en un sitio que no es su casa, vivirlo es otra cosa. Tal vez se imaginaron un mundo lleno de fantasía y van felices hacia la escuela, pero en menos de dos segundos se dan cuenta de que es diferente a lo que se imaginaron.

De esta forma, el susto les llega al alma, pues los invade la incertidumbre de qué pasará ahora con ellos. Si el niño se pone nervioso y llora aferrándose con fuerza a ti, tienes dos opciones:

  • Te pones nerviosa y le haces coro angustiada y llorando junto a él. Se te encoge el alma y decides meterlo a fuerza o llevártelo para que no sufra.

  • Respiras y con toda la calma del mundo le explicas que es la primera vez pero que tú te mantendrás cerca y regresarás a tiempo por él. Le apoyas y animas a que atraviese esa barrera de miedo. Lo sueltas para que dé ese paso hacia el segundo corte de cordón umbilical.

Recuerda que los niños son altamente empáticos, así que de tu tranquilidad y calma depende la actitud con que enfrente el desafío.

Advertisement

Pasaron dos semanas, ¿y sigue llorando?

Una vez que pasa la primer semana o hasta 15 días después, el pequeño se va adaptando a la nueva rutina, sobre todo al hecho de alejarse de su mamá. Pero si sucede que pasan los días y tu hijo sigue llorando, habrá que poner atención en varias situaciones, observando y tratando de identificar lo siguiente: ¿Llora por resistencia al cambio o por llevar la contraria?, ¿llora con sufrimiento?

Si lo que identificas tiene que ver con la primera opción, entonces te está pidiendo que lo ayudes a superar la barrera del apego. Revisa en casa qué sucede, muchas veces los adultos enviamos mensajes contradictorios: por un lado tomamos acciones para que crezcan y por otro les remarcamos que aún no lo han hecho. El orgullo de un niño es crecer, ser grande, parecerse a papá, mamá, abuelito, etc. Cuando están dejando el pañal o entran al colegio, esperamos que lo hagan de una manera fluida, sin embargo, en casa les seguimos diciendo “bebé” y hacemos las cosas por ellos. No hay congruencia entre lo que se desea conseguir y lo que se fomenta.

Si por el contrario tu respuesta se inclina por la segunda opción, ten presente que lo más importante es la felicidad y la estabilidad emocional de tu hijo. Tómate el tiempo que sea necesario, reflexiona y escribe sobre los siguientes hechos:

1. El contexto familiar y la entrada a la escuela

¿Coincidió con la entrada de la escuela algún evento emocional importante para el niño? Por ejemplo, un cambio de casa, muerte de alguna mascota, separación de familiares significativos para él, un divorcio, enojos o discusiones de los padres, fallecimiento de algún familiar, entrenamiento para ir al baño, llegada de un hermanito, etc. Es muy importante que anotes todo lo que recuerdes.

2. Antecedentes familiares sobre el mundo escolar

¿Qué hablan los adultos delante del niño, acerca de sus propias experiencias en la escuela? En ocasiones puede haber reuniones en las que se habla de lo tortuoso que fue asistir a la escuela para la hija, la hermana o los propios padres. Al compartir sus penas acerca de las aventuras que vivieron, pueden asustar a los niños, aunque parezca que no entienden de lo que se habla.

Advertisement

3. El entorno escolar

Revisa todo aquello que esté vinculado con las cosas o situaciones que le brinden seguridad y equilibrio. Si no logras identificar ninguna de estas situaciones y consideras que en tu hogar existe armonía y estabilidad, entonces es hora de revisar qué podría estar sucediendo en la escuela. Por ello, te recomiendo lo siguiente:

Habla con la directora y maestros

Deja la pena al lado y haz una cita con la directora; exponle tus dudas y cuéntale lo que has observado. A veces los niños expresan lo que sucede dentro del salón, pero muchas otras no lo hacen porque su lenguaje expresivo no es tan sofisticado como para explicarte las situaciones.

No descartes el acoso escolar

Si sospechas que algo grave sucede en la escuela, como acoso escolar o bullying, que la maestra es muy severa o regañona, que puede haber agresiones a su persona, etc., informa de inmediato a la dirección de la escuela. Si ésta no toma las medidas necesarias o insinúa que sobreproteges a tu hijo, considera cambiarlo de ambiente escolar.

Finalmente, recuerda elegir bien el colegio, revisa que tengan área psicopedagógica o un profesional que apoye la integridad emocional de tu hijo.

Toma un momento para compartir ...

Julia Tort Rodriguez

Dedicada al desarrollo humano en diversas áreas. Lic. en Educ Preescolar y Psicología, graduada en liderazgo transformacional, con estudios de PNL, asesora, orientadora, conferencista y Madre de 3 hijos, Mexicana e-mail: