¿Qué tienen en común las familias felices?
¿Quieres saber que tienen en común las familias felices? Lee éste artículo y, si te ayuda, puedes aplicarlo a la tuya.
Erika Otero Romero
No sé si existen las familias perfectas. Sé que no conozco ninguna, como igual sé que toda familia puede trabajar de a poco para ser mejores cada día. Pero ¿cómo trabajar en pro de esa meta? Bien, para comenzar debo decir que cada uno de los miembros de la familia tiene que poner de su parte.
Una familia es como un fino reloj suizo, si uno de sus pequeñísimos piñones o muelles no funciona como se supone que debería, el reloj dejará de funcionar. Igual con una familia: si uno de los hijos o uno de los padres tiene dificultades o problemas y éstos no se atienden a tiempo, los lazos familiares se empezarán a deteriorar. Y si, en definitiva, la situación no cambia, la familia se destruirá.
Pero acá no estamos para tragedias, queremos darte soluciones y ayuda apropiada para que luches por la unión de tu familia y que sean felices, así que a continuación podrás leer y —si es tu elección— aplicar lo que leas, para de esta manera ayudar a los tuyos y fortalecer a tu familia.
Puntos en común de las familias que se esfuerzan por ser felices
1. Hablan, siempre hablan
¿De qué? De lo que les gusta, de lo que no les gusta, de los problemas, de los triunfos, buscan el punto de vista de un ser amado para comprender mejor las cosas de la vida y tener una mejor visión de los pros y contras de sus decisiones.
2. Buscan soluciones a los problemas
No es que se metan en lo que no les incumbre sino, porque les incumbre, buscan ayudar. Porque quién mejor que un padre o un hermano para ayudarte a ver la vida de una manera más amable y te dará luz en medio de la oscuridad.
3. Se plantean metas en común
Si es un viaje de vacaciones, lo planean en familia; una mudanza, reformas en el hogar, lo que sea, siempre tratan de proyectar a futuro juntos. Aunque tengan vidas independientes y diferentes, tienen en común el amor entre ellos.
4. Tratan de comer juntos
Aunque sea una de las tres comidas, procuran estar juntos para disfrutar los alimentos en compañía de sus seres amados.
5. Están en contacto de manera constante
Aunque los hijos vivan lejos del hogar paterno o el padre o la madre tengan que viajar por alguna razón, el contacto es constante y están enterados de lo que respecta a su familia.
6. Se divierten juntos
Aunque no salgan a lugares o viajes de manera frecuente, procuran pasarla bien realizando diferentes actividades; viendo películas, leyendo o saliendo incluso a hacer las compras, esto no tiene por qué ser aburrido, ¿o sí?
7. Se demuestran afecto
Un abrazo, un beso o ser agradecido en el momento adecuado, sin ser meloso, da el toque perfecto de cariño y energía positiva que requiere una familia para ser positivos de manera diaria.
8. Saben hablar de los problemas que se generan entre ellos
De nuevo: no sé si existen las familias perfectas, pero uno de los problemas que yo observo con más frecuencia se presenta porque a los hijos no les gustan las reglas que establecen sus padres, y a los padres no les agrada por completo las decisiones de sus hijos. Entonces hay problemas. El reto es sentarse, hablar con calma de la situación y cambiar si hay algo que cambiar o quitar lo que se deba quitar. El punto es que se encuentre un punto medio que los haga felices a todos o de vez en cuando ceder espacio para no agrandar un problema que no tiene por qué convertirse en la tercera guerra mundial.
Las familias felices se construyen con esfuerzo y trabajo mancomunado, no nacen de la noche a la mañana, pero si algo es seguro es que si se crían hijos en un ambiente de solidaridad, amor y comunicación efectiva, los problemas del diario vivir se harán mucho más fáciles de superar y esos pequeños retos de la vida, serán los escalones que los lleven al éxito y a la felicidad compartida.
Erika Otero Romero
Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.
