Quiero ayudar a mi hermano, pero no se deja. ¿Qué hago?
El amor entre hermanos es un sentimiento fuerte que se va dando desde niños. Al paso del tiempo este cariño debe ser llevado con mucho cuidado. Quiero ayudar a mi hermano, pero no se deja. ¿Qué hago?
Erika Gaytán
Desde los primeros años de vida, aparte de los padres, los hermanos toman un lugar importante en cada persona. A lo largo de tu vida, tus hermanos son tus amigos, rivales, confidentes, consejeros, etc., sin embargo, conforme pasa el tiempo cada uno va tomando rumbos, vidas y decisiones diferentes. De acuerdo con su lugar de residencia o afinidad, se puede o no tener contacto con un hermano en específico o buscar siempre estar en contacto con todos.
Hay hermanos que a pesar de los años siguen asumiendo ciertos roles con sus iguales provocando, en algunas circunstancias, problemas mayores. No es incorrecto que busquemos apoyar a nuestros hermanos, el punto es hacerlo de tal forma en la que uno no sea entrometido.
Hay temas delicados en los que, como seres humanos, no se te permite abordar porque, según la otra persona, “sabe perfectamente lo que hace”. La pareja es un punto muy delicado, aunque sepa que tú tienes razón en lo que dices, lo niega todo, se encapricha y actúa conforme a lo que siente, lo que puede provocar conflictos en la familia en general. A ti te preocupa que tu hermano sea feliz con su familia, que lo quieran y lo respeten como debe de ser, pero no siempre pasa esto. Por tu parte, tratas de apoyarlo en la medida de lo posible, aunque no te lo pida; lo cual es comprensible totalmente, porque se trata de alguien que es de tu propia sangre y es difícil pasar por alto.
Con todo, no siempre recibes la respuesta que quisieras, lo que te causa enojo e impotencia. Si eres del tipo de hermanos a los que les gusta apoyar, te sugiero que sigas leyendo las líneas siguientes:
1. Considera sus circunstancias
No olvides que tu hermano ya tiene edad suficiente para hacer o actuar según lo decida. Ya no es un niño a quien te le puedas acercar a externarle tu opinión, ahora ya no está solo y sus necesidades son otras, muy diferentes.
2. Ayuda sin esperar nada
Si vas ayudar a tu hermano no lo hagas esperando que actúe como tú le dices, o que lleve al pie de la letra lo que le sugieras. Ten presente que una ayuda verdadera no espera nada a cambio. Tu hermano no es igual que tú, por lo tanto, no tiene por qué hacer las cosas como las harías, déjalo que decida finalmente lo que quiera hacer. Como nos enseña en su gran artículo Shaysiu García, muchas veces el amor más grande, no siempre es por un hijo, sino por un hermano.
3. No cobres los favores
Si hay algo que molesta a la gente en general es que les recuerden lo que han hecho por ella, y más si no hubo un pedido de ayuda como tal. De modo que evita hacerlo, porque es posible que ya no te acepten nada por temor a que se los cobres algún día.
4. Nunca digas: “Te lo dije”
Esta frase es muy trillada y al mismo tiempo molesta: por una parte, lleva cierta carga de presunción, como si fueras perfecta y por el otro, le dices lo que ya sabe, que se equivocó.
Uno de los cariños más sinceros y nobles es precisamente el de un hermano, por lo que siempre vas a buscar lo mejor para él; pero si quieres realmente ayudarlo trata de ser muy cautelosa, de lo contrario podrías perderlo. No dejes de recordarle siempre lo importante que es para ti.