Quiero quererme, pero no sé cómo
Anda, corre a donde un espejo y mírate. Reconoce quién eres, acéptate como eres, valora lo que eres ¡y ámate!
Yordy Giraldo
La primera vez que me miré al espejo y me dije en voz alta que me amaba, se me hizo un nudo en la garganta y terminé llorando. De hecho no fue solo esa primera vez. Durante mucho tiempo en que traté de hacerlo, terminaba llorando. Imagino que era mi cuerpo emocionado de que al fin le estaba dando su lugar.
Cuando somos bebés, mamá y papá siempre nos dicen que nos aman, y esperan y nos enseñan a que les digamos lo mismo de regreso. Pero nunca he escuchado que se le diga a un niño “ámate”. Y sin embargo he descubierto que amarnos nosotros mismos es lo que nos hace felices.
Jesús enseñó: “Amarás al prójimo como a ti mismo”. (Mateo 22:39). E increíblemente cuando leemos estas palabras pensamos que nuestra mayor obligación es amar a los otros. Pero no, lo que dice es que debes amarte en primer lugar y muchísimo, y con esa misma intensidad amar a tus semejantes. Se trata de amarlos a ellos como a ti, no a ti como los amas a ellos.
Te recomiendo muchísimo leer: Querer sin quererse uno mismo conduce al fracaso.
1. ¡Ama, que estás vivo!
No se me ocurre mejor argumento para dar y darte amor, que corresponder por ese aliento que aún conservas. Estar vivo es tener todas las posibilidades, y una manera de demostrarte que te amas es aprovecharlas.
2. Tus virtudes y defectos
Lo bueno y lo malo eres tú. Nadie es inmensamente bueno, ni absolutamente malo. En todo caso trabaja en cambiar lo malo y conservar lo bueno. Amarte con tus virtudes y defectos es la más grande prueba de amor que podemos hacernos.
3. Ámate porque tienes en ti amor
Si el amor habita en ti no te lo regatees, no necesitas hacer méritos para amarte. Necesitas quererte para saber de qué trata el amor, de lo contrario permitirás que otros te traten de formas que nada tienen de amorosas y creerás que son las formas correctas. El amor no lastima, ni es víctima, ni es a medias.
4. Tu mente y tu cuerpo
El amor tiene la cualidad de que es protector, siempre busca el bienestar del ser amado. Si nos amamos buscaremos precisamente el confort, la paz, la dicha y la fortuna en nosotros mismos, y de nosotros mismos.
5. Ama al prójimo
No todos los amores son románticos, no te equivoques, ni equivoques el propósito de amar. No se trata de ser popular y ganar tu club de fans. Amar es respetar, cuidar, comprender, es procurar bienestar.
Aprender a querernos no es tan difícil, lo hacemos difícil porque sentimos que no lo merecemos. Nos dejamos abrumar con ideas ajenas sobre nosotros y permitimos que influyan en una decisión que debiera ser solo nuestra. Así que anda, corre a donde un espejo y mírate. Reconoce quién eres, acéptate como eres, valora lo que eres, y ¡ámate!
Muy recomendada lectura: Amarte a ti mismo es el principio del amor verdadero.
