Querer, sin quererse a uno mismo, conduce al fracaso

Amarse a uno mismo es el principio de una historia de amor eterna, escribió Oscar Wilde. Paz interior, el secreto de las relaciones saludables y felices. Querer sin quererse uno mismo conduce al fracaso.

Yordanka Pérez Giraldo

Amarse a uno mismo es el principio de una historia de amor eterna.

Oscar Wilde

Cuando hablo de las relaciones de pareja siempre digo que lo más importante es la comunicación, la paciencia y, por supuesto, el amor. Y no es que me vaya a desdecir ahora; sin embargo, he descubierto que un ingrediente fundamental para bien llevar un matrimonio, o incluso cualquier tipo de relación, es la paz interior. Tal vez te estés preguntando de qué estoy hablando. Hablo de sentirnos a gusto con nuestras vidas, de estar donde queremos estar y no donde no nos queda de otra más que quedarnos.

No importa si tienes la pareja del año o del siglo, o del mundo

Si no te sientes en armonía contigo mismo, si tu estabilidad emocional brilla por su ausencia, entonces no importa lo que los demás –llámense pareja, familia, amigos– hagan por ti. Nadie en esas condiciones puede tener un vínculo afectivo exitoso. Esta lección me la enseñó mi esposo: los últimos tiempos han sido aciagos, y uno y otro ha tratado de sacar avante la relación haciendo cada quien lo necesario, pero ha pasado que lo necesario no daba los resultados deseados, sino que parecía confirmar solo lo infortunado del panorama.

Hasta que descubrimos, casi sin querer, que cuando no hacíamos aparentemente nada, pero nos sentíamos relajados, tranquilos, contentos, a gusto con nosotros mismos, todo fluía provocando empatía, ternura, alegría; nos caíamos bien, por decirlo de un modo simple. Esto, a su vez, desencadenaba situaciones como querer estar más tiempo juntos, hacer cosas con el otro y por el otro. Entonces ya nada era un esfuerzo para la relación, sino simplemente reacciones naturales llevadas a cabo con todo el gusto de las cosas que se hacen por amor, por convicción, ¡con ganas!

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Es por ello que, si como yo, sientes que has intentado todo y de todos modos no solo no avanzas, sino que sientes que todo lo que alcanzas a ver es lo infructuoso de tus esfuerzos y la ingratitud de quienes te rodean, te invito a que hagas una introspección para discernir si es tu relación o eres tú quien no está disfrutando tu vida, porque has perdido la capacidad de gustar de ella.

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¿Ya no amas a tu pareja o simplemente has dejado de verla con amor?

Una y otra situación no son equivalentes: una implica que yo no existe un vínculo y la otra que has dejado de ser consciente de ese vínculo, pero que sí existe.

¿No la pasan bien juntos, o han dejado de propiciar situaciones para que se diviertan juntos?

Por lo general, basta con salir de la zona de confort, dejar de ver a la persona a través de la rutina y darse la oportunidad de ser agradables sin dejar de ser tú mismo, pero sí mostrando tu mejor cara. ¿Cómo eras cuándo eras tú sin poses, ni tensiones?

¿El problema está en tu pareja, o en ti?

Es decir: ¿Realmente tu pareja ya no te entiende y no te apoya, o eres tú quien ya no le compartes tus preocupaciones, quien ya no busca su apoyo? La rutina no es algo tan terrible, es normal que nos hagamos de patrones que nos den certidumbre, lo malo es cuando vamos por la vida como caballos con anteojeras que no nos permiten ver todo lo que está alrededor. ¿Has caído en eso?

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¿Le escuchas, o solo defiendes tu punto de vista?

Cuando discuten, ¿contestas solo para defenderte o realmente escuchas lo que te dicen y tratas de entenderlo en vez de solo hacerlo personal?Esto es algo muy importante, porque por lo general lo que hacemos es tratar de ganar las discusiones, pero rara vez nos preocupamos porque la discusión nos lleve a un acuerdo.

¿No aceptas a tu pareja como es, sino que todo el tiempo te concentras en lo que ya no te agrada?

A lo mejor crees que esta situación es la prueba de que tu pareja ya no es para ti, y habrá situaciones en que sea así, pero también existe la posibilidad de que seas tú quien está saboteando el vínculo descargando tus frustraciones en tu pareja. Piénsalo, percepción es realidad, dicen y depende de ti lo que quieres ver.

Si has contestado de modo afirmativo a todos o a la mayoría de estos escenarios, quizá tu relación no está tan mal como creías, sino que necesitas hacer unos cambios, limpiar un poco el cristal con el que miras y darte la oportunidad de un segundo vistazo. En una de esas y lo que ves, ¡te enamora!

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Yordanka Pérez Giraldo

Yordanka Pérez Giraldo, Cubana de nacimiento, mexicana por elección.