Saber perdonar mejora tu salud física y emocional

Cuando alguien nos lastima de una forma u otra, nuestra primera reacción es no perdonar, pero lo que no sabemos es que guardar resentimiento por mucho tiempo traerá problemas a nuestra salud.

Sandra Díaz

“¡Nunca te perdonaré lo que me hiciste!” Esta es una frase que seguramente has escuchado innumerables veces. Tal vez incluso la has dicho en alguna ocasión pero, ¿qué tan perjudicial puede ser para nuestra salud el guardar tanto rencor? Pues bien, antes que nada quiero aclarar que es normal enojarse en algún momento de la vida: eres un ser humano, pero aferrarte al resentimiento y al enojo en tu interior es, de hecho, muy dañino.

Muchos estudios han revelado que cuando se guarda rencor por mucho tiempo hacia una o varias personas, uno se vuelve propenso a enfermedades del corazón. Esto, si hablamos de la salud física. Sin embargo, a nivel psicológico se produce angustia, amargura e irritabilidad entre otras. Por eso es muy importante trabajar en la capacidad para perdonar, ya que no solamente es decirlo, sino que hay que sentirlo, lo cual trae una gran cantidad de beneficios a tu salud.

A lo largo de mi vida, he experimentado situaciones incómodas y bastante desagradables con muchas personas, y he sido una de las que piensa: “No perdonaré esto”. Uno se siente traicionado y ofendido, pero eso es en el momento que suceden las cosas. Cuando todo pasa, entonces pienso con la cabeza fría y veo que no hay motivos para seguir con un rencor hacia la persona que me lastimó, ya que el daño me lo hago yo misma, y es cuando comienzo a trabajar en el perdón. Te comparto cinco beneficios que el perdonar trae a tu salud.

1. Protege tu corazón

El perdón es excelente para tu corazón. Un estudio llamado: Forgiveness, physiological reactivity and health: The role of anger, publicado en el International Journal of Psychophysiology, revela que las personas que tienden a guardar rencor tienen ritmos cardiacos más altos (taquicardia). Sin embargo, aquellas personas que son capaces de perdonar tienen su ritmo cardiaco normal y son menos propensos a padecer enfermedades coronarias.

2. Reduce la presión arterial

Si dejas ir el enojo, tu presión arterial disminuye. Hay un alivio en muchos sentidos en todo su flujo sanguíneo —en todo tu ser, de hecho— cuando perdonas.

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3. Niveles bajos de estrés

Un estudio realizado por investigadores del Hope College en Michigan, EE.UU., indica que uno de los beneficios del perdón es reducir las cantidades de cortisol, esta hormona es llamada la hormona del estrés y si es liberada en grandes cantidades, puede afectar tu sueño, así como también puede generar un aumento en tu peso.

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4. Tener una vida larga y en paz

Cuando decides perdonar a las personas que te han lastimado, tienes una posibilidad mínima de padecer enfermedades coronarias, hipertensión arterial, trastorno del sueño, o estrés. Gracias a esto tu vida puede ser larga y pacífica. El perdón es capaz de restaurar los vínculos entre las personas, y esto hace posible que puedas vivir en completa armonía, sin rencores ni reproches.

5. Dormir tranquilo

A menudo, cuando guardas rencor, pierdes el sueño pensando en lo que hubieras hecho o dicho en ese momento, o pensando cómo reaccionar si te encuentras de nuevo con esa persona. Cuando decides perdonar, tu mente descansa. Por lo tanto, conciliar el sueño no será un problema.

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Un sabio dijo alguna vez “Aferrarse al enojo es como agarrar un carbón caliente con la intensión de tirárselo a alguien más; el único que sale herido eres tú”. Después de todo, cuando guardas rencor, eso te causa mucho dolor psicológico, incluso más que a la persona que te lastimó.

Quiero aclarar que el perdonar no por fuerza significa olvidar como muchos afirman, sino que el perdonar consiste en un cambio total en tu actitud y los sentimientos hacia la persona o personas que te han ofendido o dañado de un modo u otro. Aunque claro, una vez hecho ese cambio, por fuerza uno llega al olvido, ¿no lo crees?

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Sandra Díaz

Sandra es de Colombia, le gusta escribir, reír y disfrutar de la vida junto a su amado esposo y su perro Chester.