Te tengo una noticia si eres de los que se alegran por la desgracia de otros
Cuando a ti te preocupa el dolor ajeno, aunque no tengas relación con estas personas, bien podría tratarse de un sentimiento que no te imaginas.
Erika Gaytán
En México sucede un fenómeno muy peculiar con respecto al fútbol profesional. Casi todos los estados tienen uno o más equipos en primera o segunda división. Aunque no es una regla que el equipo de la entidad en la que se haya nacido sea el favorito, la mayoría muestra fidelidad al respecto.
Y la capital del país es, tal vez, el lugar donde más equipos se concentran (en este momento hay cuatro, pero llegaron a ser seis y hasta siete), por lo que las preferencias se dividen. Sin embargo, existe un caso muy particular: uno de los equipos más sonados de la ciudad capital tiene un gran número de partidarios no sólo allí, sino en todo el país (el América), pero cuando juega, seguidores de otros equipos están muy al pendiente por si gana o pierde, cosa que no sucede con ninguna otra escuadra.
Hace poco, el día mismo de Navidad, tuvo lugar la final de la liga y uno de los equipos de los involucrados era éste del que hablamos. Millones de personas lo vieron por la televisión, internet y radio. El país estuvo prácticamente desierto en los dos partidos de la final (ida y vuelta). El resultado global no le favoreció, perdió y parecía que hubieran ganado los espectadores. Las redes sociales se llenaron de burlas (memes) por su derrota, que evidenciaban un gozo muy extraño porque el equipo contrario no era su favorito, simplemente no querían que ganara. Esa noche, y los siguientes días, se sucedieron al por mayor las burlas por la desgracia de ese equipo al que se supone que odian, y del que siempre están al pendiente de su suerte.
A estas emociones se le conoce como el fenómeno de Schadenfreude, el cual habla de ese sentimiento de complacencia por la desgracia del otro, te conozca o no, te afecte o no. Como apunta el doctor y profesor de psiquiatría, Feliz Larocca, es como una “situación de indignidad o de pequeña venganza” lograda por esa sensación de gozo por el infortunio ajeno.
Personas más propensas al
Schadenfreude
El doctor en Psicología de la California Coast University, Nathaniel Branden, dice que “la autoestima es la confianza en nuestra capacidad de pensar, en nuestra capacidad de enfrentarnos a los desafíos básicos de la vida. La confianza en nuestro derecho a triunfar y a ser felices; el sentimiento de ser respetables, de ser dignos, y de tener derecho a afirmar nuestras necesidades y carencias, a alcanzar nuestros principios morales y a gozar del fruto de nuestros esfuerzos”.
De acuerdo con la teoría de la “comparación social”, el ser humano se siente mejor con él mismo cuando la gente que la rodea tiene mala suerte; y apunta que las personas con baja autoestima son más propensas a experimentar el Schadenfreude que aquellas con alta autoestima.
Desear lo que el otro tiene
Schadenfreude no es igual a la envidia, ya que ésta, según el mismo psiquiatra Larocca, “nos pone demasiado en contacto con nuestras sensaciones de inferioridad, y por eso nos causa tanto malestar”. Se podría decir que consiste en el deseo de una persona por lo que tiene y el otro carece.
Para algunas personas es, al mismo tiempo, admiración, como si se tratara de un nivel más arriba de la envidia, ya que sienten muchos celos por lo que tienen otras, como lo dijera alguna vez el cantautor mexicano (recién fallecido) Alberto Aguilera Valadez (Juan Gabriel), “la envidia es la más grande manifestación de admiración”. Frase que podría encajar muy bien cuando se trata de este tipo de situaciones en las que si no te perjudica algo o alguien, no deberías mostrar interés por su destino.
Deja de agobiarte por lo que tienen y son los demás y enfócate en tu persona, en tu crecimiento y satisfacción personal. La vida está hecha de pruebas, que ésta no sea una en la que repruebes.