5 razones por las que necesito desesperadamente a mi esposo

Algo tengo de feminista, no podría ocultarlo. Mis papás enseñaron a sus hijos e hijas a ser autosuficientes. Mas hoy bendigo el necesitar desesperadamente a mi esposo. ¿Quieres saber por qué?

Pilar Ochoa Mendez

Algo tengo de feminista, no podría ocultarlo. Mis papás nos enseñaron a ser autosuficientes, todas y todos aprendimos a cambiar focos, cocinar, coser botones y, ¿por qué no? cambiar las llantas del coche. Tuve la oportunidad de estudiar, viajar, vivir y mantenerme sola. Me siento muy agradecida, pues he podido guiar mi vida por donde he querido.

Pero bendigo el día en el que, antes de tomar una decisión importante, empecé a decir: “lo platicaré con mi esposo…”. Bendigo el gradual e irreversible proceso mediante el cual comencé a necesitarle desesperadamente. ¿Quieres saber por qué?

1. Lo necesito porque es hombre

Su cuerpo es distinto al mío. Su forma de orar, razonar, experimentar las emociones, tomar decisiones, es diferente a la mía. ¡Y aprendo tanto de esas diferencias! Cuando me siento abrumada con los pendientes de casa, los hijos o mis actividades profesionales, él me salva. Su practicidad y prudencia son vitales cuando hay que preparar una comida en cinco minutos, u organizar un día complicado. Él supo cuándo estaba trabajando demasiado y tan solo necesitaba un café con amigas; él me preparó un té y me llevó casi a rastras a sentarme a la sala cuando comenzaba a ponerme verde como Hulk después de una tarde especialmente pesada.

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2. Compartimos las grandes decisiones

Cuando preparábamos los detalles de nuestra boda, me encantaba decir: “Lo vamos a platicar, y te avisaremos”. Me daba tiempo antes de tomar una decisión importante, y además compartíamos la responsabilidad. Incluso ahora, ante las grandes decisiones, me encanta contar con quien me diga: “Pilar, estás equivocada”, o enfrentar juntos las consecuencias de la que en su momento ambos pensamos sería una excelente decisión.

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3. Es mi piso y mi techo, es mi fuerza

Todos tenemos momentos, días o semanas durante las cuales queremos ya sea salir corriendo, o encerrarnos en un cuarto oscuro lejos del mundo. Cuando eso ocurre, puedo replegarme con la confianza de que él siempre estará esperándome afuera. Puedo deshacerme en lágrimas contando con su hombro y su abrazo; puedo compartir mi mayor alegría pues sé que también será la suya. Me conoce como nadie, sabe de qué pie cojeo, y me exige. Me impide quedarme en mi zona de confort, impulsándome hacia arriba y adelante.

4. Lo necesito porque es otro

En la película de Hancock, Charlize Theron interpreta a una mujer con poderes sobrehumanos como volar, superfuerza e inmortalidad. A pesar de ello, enrolada en su papel de esposa y madre, el personaje de Charlie sabe pedir ayuda a su esposo para abrir un frasco de mermelada. Es perfectamente capaz de abrirlo, así como de lanzarlo a cientos de kilómetros, pero elije ser débil para dar a su esposo la oportunidad de ayudarle. El ser esposa y madre me brinda la invaluable oportunidad de salir de mí para pensar en el otro. De hecho, me exige hacerlo. Al preparar la comida familiar debo pensar no solo en lo que deseo, sino en el alimento que va a animar a mi esposo después de un duro día de trabajo. Necesito desesperadamente a mi esposo, necesito desesperadamente salir de mi yo egoísta, para encontrarme con mi mejor maestro en amar.

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5. Es quien nos protege y nos cuida

Cuando enfrentamos algún problema, es él quien carga con las noches sin dormir y las preocupaciones. Mi corazón está sereno pues sé que, como lo ha hecho antes, nos sacará adelante. Puedo concentrarme en hacer bolitas de papel, correr en el parque, llenarme de tierra confiada en que él pondrá la comida en la mesa. Sé que juntos somos invencibles.

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No me tomen a mal, creo firmemente en la igual dignidad de varón y mujer. Sé de las graves desigualdades que unos y otros enfrentan en nuestro tiempo. Mas en el día a día, en la familia, mis años me han enseñado que el fuerte es quien sabe que no lo puede todo y no tiene miedo de aceptarlo. Así que he decidido admitir lo mucho que preciso de ese hombre, de este otro que tanto me exige, que tanto me enseña.

Tal vez no sea superpoderoso, pero para mí, es como el aire. Lo necesito… desesperadamente.

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Pilar Ochoa Mendez

Pilar es pedagoga, está convencida de que su forma de cambiar al mundo es a través de la familia y la educación. Le encanta leer, mirar televisión y una buena discusión, incluso cuando no gana.