Cómo fortalecer tu matrimonio día a día
Para nadie es fácil mantener un barco a flote y en el rumbo correcto, pero cuando llegas a puerto, sientes que todo ha valido la pena.
Diana Brante Morales
En más de una oportunidad he hecho hincapié en la imperfección humana, ya que cometemos errores, rompemos corazones, generamos heridas e, incluso, provocamos guerras. Aun así, somos capaces de amar y entregarnos por completo a quien amamos, ya sean nuestros hijos, nuestros padres o nuestro cónyuge. Un matrimonio donde no existe el amor es imposible de mantener, pero uno donde la llama se está sofocando en la rutina y el aburrimiento NECESITA ser rescatado, con carácter de urgencia. Si sientes que tu matrimonio está cayendo en un pozo sin fondo, o deseas volverlo fuerte como un diamante, sigue leyendo y practica estos pequeños consejos para fortalecer los pilares de tu relación amorosa, día a día:
Rompe la rutina
No permitas que sea ella quien rompa tu matrimonio, destrúyela antes de que siquiera piense en acercarse. Genera espacios en que puedan aprender juntos, ya sea a través de algo práctico y romántico como un curso de cocina, o de una actividad un poco más atrevida, como algún deporte extremo. Sea cual sea la actividad que elijas, cámbiala cada cierto tiempo y no olvides realizarla en pareja.
Hoy por ti, mañana por mí
Mi esposo y yo trabajamos, por lo que ambos llegamos a la casa bastante cansados. Una forma en que nos demostramos amor, es haciendo por el otro lo que quisiéramos que hicieran por nosotros. Por ejemplo, él prepara la cena mientras yo baño a los niños, cenamos en familia y luego le preparo la ducha para que él se relaje. Ambos reducimos la carga de estrés, nos relajamos y nos apoyamos mutuamente. Cuando llegamos al matrimonio, olvidamos que el “atender” a la otra persona es parte fundamental del romance.
La comunicación es la clave del éxito
Tiempo atrás conocí una pareja bastante inusual: mucha sonrisa, cero discusión y al opinar, ambos expresaban puntos opuestos. La verdad es que quedé azorada: ¿Cómo era posible que teniendo opiniones tan diferentes, no tuvieran problemas? Me senté a conversar con ella y le hice evidente mi inquietud. La respuesta de ella fue: “Siempre hablamos”. A simple vista, sonaba demasiado sencillo, así que decidí intentarlo. Cada vez que no estaba de acuerdo con mi esposo, “hablábamos” del tema, para buscar algún acuerdo. Siendo sincera, no lo logramos sino hasta la centésima vez. Conversar con la pareja no es solo escuchar lo que dice y mover la cabeza, sino intercambiar opiniones con respeto, generar soluciones a partir de las problemáticas expuestas y, lo principal, antes de hablar preguntarse a no mismo: “¿Esto me ofende? ¿Me gustaría escucharlo? ¿Mi comentario aporta algo al tema?”. Con esto evitarás el “vómito” de palabras cada vez que algo te moleste.
Hay muchas cosas que puedes hacer para destruir tu matrimonio en cuestión de segundos, pero lo importante es siempre enfocarte en lo positivo y dejar que sea el corazón el encargado de hablar, en especial en aquellas situaciones donde se “calientan los ánimos”. Di “Te amo”, da un abrazo, roba un beso, dedica una canción. Deja que el romanticismo se apodere de ti al menos una vez por día y verás cómo tu relación fluye de forma natural.