Cómo tener una buena relación con un hijo adolescente
La adolescencia es esa etapa caótica por la que todo joven debe pasar y superar para convertirse en adulto, ¿es posible mantener una buena relación con nuestros hijos en esta edad?
Diana Brante Morales
Ser adolescente es casi sinónimo de volverse rebelde y estar en contra de todas las reglas que pongan los padres; por lo que mantener una relación honesta, comunicativa y amorosa no está entre los planes de los futuros adultos. Recuerdo que en mi paso por adolescencia dejé de hablar por completo con mi mamá; solo confiaba en mis amigos, salía a escondidas y todo me molestaba. Pasó poco tiempo antes de que me fuera a vivir con mi papá, quien no me permitió mantener esas actitudes, sino que se mantuvo firme en construir una relación de confianza entre nosotros.
Muchos padres nos dedicamos a imponer nuestras reglas desde que nuestros hijos son pequeños, sin dejarles el espacio necesario para que tomen sus propias decisiones o que puedan cometer errores, pero cuando comienza el proceso de madurar, los bombardeamos de requisitos que necesitan cumplir para volverse adultos responsables y se sienten sobrepasados al tener que asumir un cambio tan brusco en su pensar, actuar y enfrentar las situaciones cotidianas.
Si en estos momentos tienes un hijo o hija adolescente y quieres que la relación entre ustedes sea cada día mejor, aplica estos simples consejos y verás lo rápido que se muestran los resultados.
1. No te impongas
Especialmente como madre. Ya es momento de que nuestros hijos comiencen a formar su propia opinión y debemos confiar en que le hemos entregado todos los valores necesarios para esto. Comienza con darle libertades con algo sencillo como el escoger su forma de vestir o la merienda de la escuela. Permite que elija su propio círculo de amistades.
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2. Dale “El minuto de confianza”
Recuerdo que un profesor del colegio nos daba “un minuto de confianza” para que cada uno le dijera lo que pensaba sobre su clase, con respeto y sin consecuencias negativas. Tú también puedes darle a tus hijos esa instancia, donde todo lo que diga será tomado con calma (recuerda respirar hondo y contar hasta mil).
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3. Amor es sinónimo de educación
En esta edad comienzan a explorar en el ámbito sexual, por lo que uno de los temas importantes a abordar será este. Busca el momento adecuado para conversar con ellos y aclarar sus dudas. Sé tú quien les entregue la información y no sus amigos o internet, ya que muchas veces sus valores no coincidirán con los tuyos.
4. Sé su madre y no su detective privado
El peor error que cometemos los padres es suponer que sabremos más de la vida de nuestros hijos si investigamos en sus celulares, computadores o diarios de vida, en vez de siquiera intentar generar una conversación “a calzón quitado” con ellos. Si quieres saber lo que tus hijos hacen, pregúntales a ellos.
5. No cierres la puerta
A veces, en una discusión, cerramos las puertas de la conversación cuando el tema a tratar no es de nuestro agrado, por lo que preferimos “ignorarlo”. No permitas que sea tu caso o verás cómo tus hijos encontrarán respuestas en lugares no adecuados.
6. Las 3 “C”
Comunicación, confianza y calma. Cada vez que entablen una conversación, permite que se exprese con total honestidad, intenta no interrumpir y busca que tus respuestas sean en frío, aunque a veces se merezca el grito, evítalo.
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7. Amor a mil por hora
Hay un momento de la vida en que los hijos —salvo muy raras excepciones— se alejan de sus padres para buscar afecto en sus amigos, se aman y juran ser amigos por siempre, pero la verdad es que eso no siempre funciona. El único amor eterno e incondicional es de los padres a sus hijos. Demuéstrale que, pase lo que pase, siempre estarás ahí para entregarle tu apoyo y amor.
Los jóvenes solo buscan saber que tienen derecho a equivocarse y que aun así estarás junto a ellos para ayudarlos a levantarse. Dales su espacio, pero recuérdales que deben respetar tus reglas. Una buena relación se basa en el amor, en la confianza y en la honestidad para decir las cosas.