El alto costo de cuidar a tus propios hijos
Independientemente del costo económico de tener un servicio de guardería o a alguien que cuide a tus pequeños, existe un precio muy alto, imposible de pagar. El alto costo de cuidar a tus propios hijos.
Maria Josie Hernandez Cabrera
Independientemente del costo económico que supone contratar un servicio de guardería o a una persona en particular que cuide de tus hijos mientras tú trabajas o realizas otras actividades, hay a la par un precio muy alto imposible de pagar, y que casi nunca consideramos cuando contamos con estos servicios. ¿Sabes a cuál precio me refiero?
De cómo me ha ido a mí en la feria
Hace un año exacto decidí renunciar a mi trabajo profesional para dedicarme a mi familia y el apostolado. Antes de presentar mi renuncia experimenté sentimientos encontrados: me preguntaba si realmente haría un buen papel como única educadora de mis niños más pequeños.
No me equivoqué al suponer que estar con ellos todo el día, y al cuidado de la casa, implicaría un esfuerzo físico desconocido para mí hasta entonces. Sin embargo, me he convencido también que las mujeres contamos con una fuerza impulsada por el amor de ser madre. Así que hablar de entretener niños, lavar ropa, recoger juguetes y limpiar desastres las 24 horas, no nos resulta tan aterrador.
Nunca se me había ocurrido pensar que mis hijos más grandes habían hecho las mismas travesuras y desastres al cuidado de alguien más, y que tal vez para esa persona el esfuerzo que implicaba cuidarlos era mucho mayor, por el simple hecho de que no eran sus hijos.
No fue hasta que una amiga se comunicó conmigo hace unos días para sugerirme que escribiera sobre este tema que pude darme cuenta de todo lo que había pasado por alto en ese entonces. Al terminar la conversación con mi amiga, comprendí lo poco que había apreciado en aquellos años el trabajo que habían hecho tantas personas que estuvieron al cuidado de mis hijos cuando yo trabajaba de tiempo completo.
Estas heroínas estaban con mis niños la mayor parte del día para alimentarlos, cambiarles el pañal, consolarlos, entretenerlos, hacerlos dormir la siesta, cambiarlos después de cada incidente o accidente, limpiar el piso tras cada vómito, evitar que se lastimaran mientras exploraban el mundo, tener limpios y en orden sus juguetes, aguantar gritos y berrinches, hacerlos reír, enseñarles números, letras y canciones, evitar pleitos con otros niños y un largo, largo etcétera.
De haber considerado todo lo anterior a tiempo, creo que habría tenido más detalles y palabras de agradecimiento hacia con ellas. Pero como muchas cosas en la vida, el aprendizaje llega cuando nos toca estar en el lugar de la otra persona.
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Si tienes la fortuna de contar con alguien que te ayude con el cuidado de tus hijos, te sugiero que consideres lo siguiente:
Cariño y respeto
Agradécele cada día el esfuerzo que hace por ti y por tus hijos. Sólo las mamás que estamos al cuidado de los niños todo el día, sabemos que no hay cantidad de dinero suficientemente grande que pague todo lo que implica esta ardua tarea.
Ten detalles para con ella
Recuerda su cumpleaños o el día del maestro, hazle saber, con pequeños detalles (una tarjeta de felicitación o un chocolate), lo mucho que aprecias su trabajo.
Ponerse en sus zapatos
Como madre que trabajaba también pasé por esa etapa de querer exigir el cuidado perfecto e impecable de mis hijos. Ahora que paso la mayor parte del tiempo con ellos, me doy cuenta de que tanto los niños como los adultos tenemos días difíciles en los que es imposible complacerlos en todo y que a veces no podemos darles toda nuestra atención.
Equilibrio en la balanza
También ahora me doy cuenta de que no importa cuán cuidadosas seamos, siempre existe la posibilidad de que un niño se lastime o tenga otro tipo de incidente como una rozadura de pañal. Claro que no es normal que esto ocurra todos los días; de ser así, seguramente necesitarás llevar a tus hijos a otra guardería o con otra persona. Sin embargo, antes de hacer un reclamo o tomar una decisión, habla tranquilamente con esta persona para saber con detalle lo que ocurrió. Muchas veces podemos ser muy injustas en nuestros juicios sin tener toda la información.
Maestra tanto de tus hijos, como tuya
Ahora que mis hijos reciben sus terapias de lenguaje y desarrollo cognitivo en casa, me percato de los métodos tan creativos que utilizan las maestras con los niños. ¡Realmente ha sido una experiencia enriquecedora!, sin mencionar el entusiasmo, la paciencia y el cariño con que trabajan estas profesionales. Nuestras terapeutas me conmueven con su vocación de amor y de servicio. ¡Cuántas maestras y niñeras maravillosas pasan desapercibidas en su trabajo de cuidar, educar y hacer felices a nuestros hijos!
Y tú, que estás al cuidado de niños pequeños, propios o de otras personas, ¿tienes algunas otras recomendaciones para las familias que cuentan con este servicio? ¡Me encantaría que compartieras conmigo y con todas las lectoras tus comentarios!
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