4 Puntos para que tus padres ancianos vivan mejor en tu casa

No se les pone mucha atención a las personas de edad avanzada. No se les comprende hasta que se llega a esa edad,sin ver lo que realmente necesitan. 4 Puntos para que tus padres ancianos vivan mejor en tu casa.

Erika Gaytán

Imagínate por unos minutos que han pasado muchos años y allí estás tú, en una reunión familiar. En tu mente, observas a tus hijos con sus cónyuges y sí: incluso allí están tus nietos de visita en tu casa. Tú, en extremo feliz por tener la oportunidad de ver a tu familia crecer en número, de poder ser testigo de su crecimiento, de comprobar similitudes tanto físicas como de carácter en tus descendientes; llenos de vida, fuertes, sanos y con los valores que tú y tu esposo les supieron inculcar; en esos momentos piensas que tus sacrificios valieron la pena, porque ves sus frutos.

En la escena todos aparecen muy felices: disfrutan de la reunión y todo mundo se saluda, se abraza. La algarabía es general, se sirve la comida, todos disfrutan y platican, y sigue la velada en ese ambiente por horas, hasta que llega el momento de la despedida. Poco a poco, uno a uno se dan un beso, un abrazo, hasta que por fin llega tu turno de escuchar las frases que siempre te dicen tus nietos (¿puedes imaginarlo?): “Cuídate mucho, abuelita”, “No olvides tomarte tus medicinas”. Hasta que de pronto uno de tus hijos pregunta, y en el rostro de tus hijos, yernos y nueras aparece una mueca incómoda: “¿A quién le toca llevarse a mi mamá?”

Esta actitud es más frecuente de lo que puedes creer. Por desgracia, existen una gran cantidad de personas mayores que al no poder vivir solas en sus casas, se ven en la necesidad de mudarse con alguno de sus hijos, quienes no tienen la paciencia y el tiempo para dedicarles atención, o simplemente no saben cómo tratar a sus propios padres a esa edad.

¿Qué hacer para que las personas de mayor edad vivan mejor en tu casa?

Antes que nada, debes considerar que no es nada sencillo tener una convivencia con personas de esta edad, y no porque sea gente imposible en el trato, sino porque vive una situación complicada sin sus padres, hermanos, tíos y amigos; sin energía, sin ocupaciones cotidianas, sin las habilidades que de jóvenes tenían y con la incertidumbre constante de “cuándo será la hora de marcharse”. Por ello, te recomiendo lo siguiente:

1. Sé atenta

Procura estar al pendiente de tu familiar, pregúntale si necesita algo, si está cómodo, llévale alguna cosa que sepas que es de su agrado (un postre, un libro, una mascota, etcétera); el objetivo es que se sienta apreciado en tu casa.

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2. Distráela

Hazle plática, vean alguna serie o programa televisiva juntos y coméntenla; compra juegos de mesa que le puedan agradar y no resulten demasiado complicados; renta o adquiere películas que sepas que le gustan o lee para él un libro, cualquier cosa que puedan hacer y logre hacer que pase un buen momento.

3. Hazla sentir útil

Búscale actividades que pueda realizar sin que corra riesgos como pintar, barrer, regar plantas, sacudir, acomodar trastes, distintos quehaceres en la cocina, reparaciones… cosas que lo puedan hacer sentirse bien consigo mismo.

Lee: Yo pensaba que mi abuelita era demasiado anciana para ser de utilidad, hasta que vi este vídeo

4. Respétale

En ocasiones suelen ser un poco necios en lo que se les dice, pero debes de guardar calma. No permitas que te desesperen, porque no es su intención, más bien esa actitud es una medida de defensa o rechazo a lo que están viviendo.

También puedes ver este otro vídeo: Enseña a tu hijo a respetar a sus mayores

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A los llamados adultos mayores no la vas a comprender al cien por ciento hasta que no estés en su posición, es cierto; pero también lo es el hecho de que muchas veces así como tratas a los demás, te tratan a ti; de modo que cuidado con lo que enseñes y disfruta a tu familia.

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Erika Gaytán

Oriunda de la tierra del taco, el mariachi y el folklore. Periodista de profesión y corazón. Por muchos años he tenido la fortuna de colaborar como docente en la educación de niños, adolescentes y jóvenes. La música, la enseñanza, la investigación, lectura y escritura son mis grandes aficiones.