Cómo fortalecer la relación entre hermanos
Todo el tiempo nos preocupamos por crear lazos fuertes y duraderos con nuestra pareja, amigos u personas que conocemos en el camino pero, ¿qué hacemos para acercarnos a nuestros hermanos?
Paola Enriquez
Las relaciones fraternales son de las más importantes y significativas que existen dentro de la estructura familiar. Vivimos juntos, crecemos con ellos, pero la realidad es que en este siglo tan ajetreado, es cada vez más frecuentes que los convivan poco con los padres y, en algunos casos, que terminen por ser casi desconocidos.
Cómo mejorar la relación entre hermanas
Cuando yo era aún adolescente, era bastante mala la relación entre mi hermana y yo. El día a día era una constante batalla, pues las peleas y discusiones no paraban. Esta situación no sólo nos afectaba a ella y a mí, sino que repercutía de manera negativa en la convivencia diaria de toda la familia.
Con el paso del tiempo, con esfuerzo —y por fortuna para todos—, fuimos estructurando una relación que, hasta ahora, se basa en la comprensión y el respeto, lo que nos ha ayudado a solucionar nuestras diferencias de manera eficaz.
Algo que aprendí de esa experiencia es que hay un momento en la vida en el que éste vínculo se da prácticamente solo, en donde todas las partes llegan al punto de madurez necesario para vivir en armonía con los demás. Tal vez a unos les tome más tiempo o se les dificulte más que a otros, pero tarde o temprano todos lo hacen.
Es importante crear una buena relación con nuestros hermanos, ya que ellos estarán ahí más tiempo que cualquier otro amigo. Además, al venir del mismo hogar y conocernos de toda la vida, comprenden mejor ciertas asuntos por los que estás pasando, y que es probable que tus amigos no entiendan del todo.
Existen un sinfín de actividades que puedes realizar con tus hermanos con el fin de afianzar sus lazos —más que familiares— de compañerismo y amistad. Éstas son algunas que mi hermana y yo hemos puesto en práctica:
1. Conversar
Dedicar una parte de nuestro tiempo a conocer las aficiones, gustos, aspiraciones y preocupaciones de la otra nos ha ayudado a conocernos mejor, y a reconocer y comprender mejor nuestros sentimientos y acciones. Asimismo, hemos descubierto algunas cosas que tenemos en común, y de las que podemos disfrutar en compañía de la otra.
2. Apoyarse
Como estar cerca cuando al otro se le presenta un problema. No es necesario decirle las mejores palabras de aliento que se hayan escuchado jamás, con el simple hecho de estar presente, que sienta que estás ahí para él o para ella, mejora mucho la manera en que sobrelleva la situación.
3. Ir de compras
Desde visitar el centro comercial para adquirir ropa, zapatos y accesorios, hasta comprar los productos que son necesarios en el hogar. Hacer esto ha fortalecido la manera en que nos apoyamos mutuamente, puesto que las responsabilidades se reparten para cubrir con éxito gustos y necesidades mutuos.
4. Divertirse
Ya sea ir al cine, salir al parque, a comer, a tomar una nieve, o sólo quedarse en casa disfrutando de alguna película o un juego. Yo en particular disfruto mucho más esas pequeñas actividades, ya que la convivencia es más cercana y directa.
5. Viajar juntos
Estar solas lejos de casa y de nuestra familia ha sido una de las experiencias más gratificantes y aleccionadoras de nuestras vidas. Visitar un país o algunas ciudades desconocidas para ambas nos ha enseñado a estar unidas para protegernos, a administrar nuestras actividades diarias y los recursos económicos, repartidos entre diversión, caprichos y comida. De igual manera, todo el tiempo compartido nos ayudó a conocernos aún más.
Además de ser un gran apoyo, pueden convertirse en grandes amigos. Fortalecer los vínculos con tus hermanos te llena de fuerza para enfrentarte a la vida, pues tienes la seguridad de que ellos estarán ahí toda la vida, y que podrás contar con ellos aunque se encuentren lejos.