No llames al exorcista, tu hijo se volverá a dormir solo

Uno de los transtornos de sueño más comunes en la infancia, son los terrores nocturnos. Éstos pueden ser una verdadera pesadilla para los papás, pues las más de las veces, ¡nuestros hijos no se enteran!

Pilar Ochoa Mendez

Imagina lo siguiente: eres una estudiante de 20 años que se ayuda a pagar sus gastos trabajando de niñera en tus tiempos libres. Una noche, la mamá a cuya hija vas a cuidar, te explica con calma y parsimonia: “A eso de las 11 de la noche vas a escuchar un grito que te helará la sangre. No es necesario llamar al exorcista, es mi hija y se volverá a dormir solita”. ¿Qué harías si estuvieras en esta situación?

No tengo idea de lo que pasó por la cabeza de mi niñera, solo sé que disimuló muy bien su sorpresa y que al regresar, no tenía cara de haber visto —o escuchado— a un fantasma. Esa noche mi hija no gritó a las once, sino apenas a las 9:15 p. m., a unos minutos de que su papá y yo saliéramos de casa para ir a cenar.

Los terrores nocturnos en los niños

Desde antes de cumplir su primer añito de vida, nuestra pequeña comenzó a sufrir los temidos terrores nocturnos. Como pasa con casi todos los papás, la visita al pediatra fue el primer paso obligatorio, confirmando que fisiológicamente todo se encontraba bien. Seguimos entonces una serie de recomendaciones con más o menos sustento científico, hasta que una noche, agotados hasta decir basta, ninguno de los dos reunió la energía suficiente para levantarnos de la cama a consolarla y, ante nuestra sorpresa, ¡nuestra hija volvió a dormirse sola! Ahí sí, ambos reaccionamos con una mezcla de alivio y aprensión.

Te invito a releer: Pesadillas y terrores nocturnos

Rosa Jové describe los terrores nocturnos como uno de los trastornos de sueño más comunes entre los niños. La autora señala que éstos ocurren típicamente hasta los cinco años de edad, aunque pueden durar hasta la edad adulta. Comenta que se deben a disrupciones en la transición de una etapa del sueño a otra, aunque suelen asociarse a otro tipo de problemas como el estrés o el cansancio. Aquí algunos consejos para saber cómo manejarlos:

Advertisement

1. ¡Espera!

No entres a su cuarto al primer signo del despertar, si esperas unos minutos, es muy probable que el pequeño pueda volver a dormirse solo.

2. Asegúrate de que su entorno sea seguro

Esta debería ser una premisa siempre. Si usa cuna, que los barrotes sean altos y los espacios entre ellos suficientemente grandes para que no se queden atorados y de tamaño indicado para que no quepa su cabecita. Evita el uso de cobijas, almohadas o juguetes que puedan asfixiarle, así como cordones en los juguetes o móviles. Verifica las condiciones de frío o calor dentro de su habitación.

3. Mantente cerca

Especialmente al principio, mantente cerca de tu hijo para asegurar que en ese momento no se ponga en peligro o se lesione a sí mismo.

4. No lo toques

Evita tocarlo —muchos repelen el contacto físico— y no intentes despertarlo. Si lo que enfrenta son terrores nocturnos, al cabo de unos minutos se volverá a dormir solo.

5. Trata de identificar posibles causas

Haz memoria: ¿qué ocurrió hoy, diferente a ayer?, ¿acaso durmió más tarde o estaba más cansado?, ¿cenó demasiado?, ¿estuvo sobre estimulado positiva o negativamente?, ¿hizo un berrinche épico?, ¿sus papás están especialmente estresados?, ¿enfrenta cambios significativos en su entorno?

Advertisement

6. Rutinas para dormir

Procura mantener una rutina de sueño, recuerda que éstas son una de las principales fuentes de seguridad para los niños.

Si lo que tu hijo enfrenta son terrores nocturnos, no recordará el terrorífico grito que pegó la noche anterior, por lo que no es necesario acosarle con preguntas, indicándole que le ocurre algo rarísimo durante el sueño. Tan solo necesitan armarse de paciencia (y tal vez té de manzanilla) y tomarlo con filosofía. Ya habrá tiempo de llamar al exorcista, nos quedan muchos años aún para ser padres.

También te sugiero releer: Consejos para que los niños no tengan miedo a la oscuridad

Toma un momento para compartir ...

Pilar Ochoa Mendez

Pilar es pedagoga, está convencida de que su forma de cambiar al mundo es a través de la familia y la educación. Le encanta leer, mirar televisión y una buena discusión, incluso cuando no gana.