5 ideas que debes borrar de tu mente cuando conoces a tus suegros
El conocer a tus suegros es un momento clave para tu relación. Si dejas fuera de tu mente todos los mitos desagradables que existen acerca de "los suegros", podrías encontrar en ellos unos cómplices e, incluso, unos segundos padres.
Elizabeth González Torres
Recuerdo bien el día que conocí a los padres de mi prometido. Fue una situación totalmente imprevista. A él le sudaban las manos y su semblante era el más serio que hasta entonces había visto en su rostro. Yo, intentando no demostrarlo, me sentía nerviosa y con incertidumbre. ¿Me aceptarán? ¿Les caeré bien? ¿Me consideraran lo suficientemente buena para su hijo? Fueron algunas de las muchas interrogantes que me hice antes de que estuviéramos frente a frente.
Se dice que uno de los momentos más decisivos en toda relación amorosa, es precisamente la ocasión en que los padres de la novia conocen al novio y viceversa. Es ahí donde la pareja —por así decirlo— pasa una de sus primeras pruebas de fuego. Lamentablemente, muchos hombres y mujeres llegamos a ese momento clave de nuestra relación —llámese noviazgo o matrimonio— con una serie de ideas y mitos que la sociedad, los amigos, los familiares, etc., nos inculcan acerca de “los suegros” y que, “inofensivamente”, pueden afectar dicha relación.
Si tú estás por conocer a los padres de tu pareja o ya los conociste y sientes que las cosas no están marchando como deberían, comparto contigo cinco ideas erróneas que debes sacar de tu mente al de llegar a ese importante momento.
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1. No esperan que los deslumbres
Afortunadamente para mí, todas aquellas dudas que tuve al momento de conocer a mis suegros, se disiparon al instante. Era un hecho que ellos no esperaban conocer a una Julia Roberts, como erróneamente yo creía. Sencillamente, deseaban conocer a la mujer que amaba a su hijo.
Así que, no te martirices pensando que no serás lo suficientemente guapa para ellos. No te generes prejuicios innecesarios antes de tiempo. Date la oportunidad de conocerlos. En la mayoría de los casos, ellos no esperarán que seas una famosa personalidad para considerarte lo suficientemente buena para su hijo.
2. Si te miran, no es para criticarte
Es evidente que como padres de tu pareja, ellos te observaran constantemente con el fin de percibir lo que hizo que, su hijo se enamorara de ti. No pienses que ellos te miran para encontrarte defectos. Piensa que para ellos hay cosas más importantes que criticarte. Siéntete segura de ti misma y mejor demuéstrales todas las cualidades que podrían admirar en ti.
3. No esperan que les demuestres todo lo que sabes en una noche
Recuerda que uno no necesita hablar demasiado para demostrar cuan inteligente es. Repito, ellos no esperan conocer a un genio de las matemáticas o de la literatura. Más allá del conocimiento que puedas proyectar —que por supuesto es importante— los padres de tu pareja querrán ver los buenos sentimientos que tu corazón albergue. Por tanto, no te mortifiques creyendo que tu primera conversación con ellos no ha sido lo suficientemente interesante. Deja que el tiempo y las oportunidades de convivencia vayan mejorando tu manera de compartirles tus conocimientos.
4. No buscan ser espías de tu relación
Olvídate de que tus suegros buscan entrometerse en tu relación. Es verdad que hay casos donde se presentan circunstancias de ese tipo. Sin embargo, no des por sentado algo que desconoces por completo. Intenten, tanto tú como tu pareja, conversar con ellos sobre sus planes y permítanles —hasta cierto punto— que les externen sus puntos de vista sobre los mismos. Si ellos te aconsejan, no lo tomes como una intromisión. Todo lo contrario, tómalo como una aportación más que puede ser benéfica para tu relación.
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5. Ellos no son tus enemigos
No luches contra ellos todo el tiempo como si fueran tus enemigos. No pretendas ganar una batalla que probablemente solo existe en tu mente. Si verdaderamente te lo propones, puedes encontrar en tus suegros unos cómplices más para que tu relación progrese, e incluso, puedes encontrar en ellos unos segundos padres.
Regálate la oportunidad de llegar a amarlos intensamente como lo que son: dos miembros más de tu familia. Permíteles encontrar en ti una hija más a quien ellos puedan proteger, admirar y amar, tanto como lo harían con una hija de su propia sangre.
Seguro te reirás mientras aprendes, cuando leas: Todavía no mates a tu suegra, primero lee esto