Cómo lograr que el amor y la amistad no se extingan dentro del matrimonio

Amar debería ser un acto natural, pero algunas parejas no saben como demostrarlo cada día. Este artículo te abrirá los ojos y veras lo que siempre has tenido al frente

Erika Otero Romero

Magdalena, como toda mujer con un matrimonio pleno, deseaba mantener un ambiente agradable en su relación sentimental, pero no podía evitar sentirse cansada de estar en un estado de atención constante para no descuidar cada detalle de su vida marital. En cambio, a su esposo le salía casi que de “manera natural” mantener el romance. Cada semana salía con algún detalle diferente: una cena sorpresa, una notita en el mesón de la cocina con un desayuno preparado o incluso una caja de chocolates con una nota o una simple rosa. Por si fuera poco, siempre procuraba contarle muchas de las cosas que ocurrían en su vida, él no solo era un fiel esposo, era su compañero, su mejor amigo.

Un día, preocupada porque no sabía si su esposo se sentía correspondido por ella, se sentó a su lado y le preguntó si él se sentía amado por ella, él le sonrió con cariño y le dijo: “si bien no manifiestas tu afecto con detalles como yo, la verdad, cada día me siento muy querido. Tú no solo te levantas a preparar el desayuno, sino que me acompañas cada mañana hasta que me vaya al trabajo y te despides de mí deseándome lo mejor cada día. Por si fuera poco, estás al tanto de la casa y los niños y nunca me hace falta nada, estás ahí para escuchar mis chistes más malos y te ríes de ellos, me escuchas cuando me quejo de mis problemas y me aconsejas. Créeme mujer, si eso no es amor y amistad, entonces no sé cómo debería llamarse”. La respuesta que le dio su esposo, no solo la dejó con la boca abierta, sino con un sentimiento de felicidad que le arrancó todos sus temores de raíz.

Demostrar amor es un acto simple y natural

No debe haber tarea más desgastante cada día que hacer hasta lo imposible para demostrar que se ama a la pareja. No debería ser así, amar debería ser un acto tan natural como lo es respirar. El asunto es que nadie está contento con lo que su pareja hace por él o ella, siempre quieren más y caen en el grave error de medir el afecto por el tamaño del detalle y con eso lo único que van a lograr es defraudarse día a día.

Comprendan algo, el amor no se fuerza: nace. De la misma manera que lo hace una amistad entre dos personas. Si no me equivoco, la única manera que una pareja puede empezar una relación es teniendo como preámbulo de la misma, una valiosa amistad.

En el matrimonio el amor y la amistad van de la mano

El amor a primera vista no existe, y me disculpo con quienes si creen en eso, ¿por qué no creo? Porque lo que se da entre una pareja que muchas veces se confunde con amor, es atracción. La misma que se acaba por efecto del paso del tiempo y la costumbre. ¿Qué quedaría entonces al acabarse la atracción física? Depende, amor si es que a través del trato ameno, el mismo ha surgido entre la pareja, y si no, pues solo un “mucho gusto en haberlo conocido”.

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Amar debería ser un acto natural. Piénsalo, ¿De qué manera sabes que tu pareja te ama? Descubrirlo es casi que visceral. Si se preocupa por ti, busca tu felicidad antes que la propia, te tiene confianza, se abre contigo incluso en las cosas más insólitas; agreguémosle el hecho de que tenga detalles especiales y que te escucha, que tiene consideración contigo, que respeta los momentos en donde deseas estar solo e incluso te tiene confianza en lo que se refiere al ámbito sexual, respetando siempre tus deseos; entonces, debes saber que NO se llega hasta esas instancias si el amor de pareja que los llevó un día a unir sus vidas en matrimonio no fue en sus inicios una gran amistad.

Ahora bien, lo único que me queda por decir es que, aprovechen cada muestra de afecto y momentos juntos, lo único que queda en la vida no es lo material sino lo que no se puede atesorar solo que en nuestras memorias.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.