Cómo saber que Dios realmente te ha perdonado
¿Sientes que tu vida espiritual flaquea a causa de tus faltas y no sabes si Dios te ha perdonado? Descubre el secreto del perdón de Dios leyendo el siguiente artículo.
Erika Otero Romero
Si existe una situación compleja en la vida de un ser humano, es mantener una vida espiritual cercana y activa con el Ser Supremo. Ahora bien, partamos del hecho de que, sin importar cuál sea la creencia religiosa de cada uno de nosotros, Dios es el mismo para todos y la única diferencia plausible radica en la forma cómo creemos en Él y el nombre que se le otorga en cada religión.
Pero sin importar lo antes señalado —y no porque no sea importante, si no porque creer es Dios es algo íntimo y personal—, hay una situación que preocupa a toda persona que desea estar en paz consigo mismo y con Dios, y ésta reside en saber si Dios le ha perdonado o no por sus pecados.
Una anécdota personal
Hace un tiempo me encontraba sola en un país ajeno al mío. Me sentía perdida, confundida y —por qué no decirlo— abandonada. Aunque era activa en una iglesia y se suponía que estaba haciendo las cosas “bien”, la realidad era diferente: yo podía engañar a los demás pero no podía engañarme a mí misma y eso me hacía sentir fatal.
Un día domingo, cansada de equivocarme en mi búsqueda de paz y en mis malos intentos de enderezar mí camino, sentí en mi corazón que la respuesta había llegado a mí. Así que espere a que se fueran las personas que vivían en la misma casa donde yo residía para hacer lo que se me había ocurrido.
Cuando me quede sola fui a mi habitación y me arrodillé, comencé a orar con todo el fervor del que era capaz. Pese a eso, me sentía hipócrita, dentro de mí sentía que no era escuchada y que si no me sentía arrepentida de mis errores jamás iba a ser escuchada. Insistí una y otra vez hasta que después de orar al fin sentí que lo hacía con convicción y sinceridad. Hable con Dios de todo lo malo que estaba haciendo, de cuánto sabía que me estaba equivocando y que de veras quería ser otra persona, cambiar y ser del agrado de Él.
Luego de poner todos mis pensamientos y sentimientos en su conocimiento, supe en mi interior que lo que debía hacer era cambiar de verdad y nunca más cometer los mismos errores. Fue entonces que me sentí impulsada a hacerlo y me sentí libre: sabía que Dios me había perdonado. Esos sentimientos de estar cargada con un gran peso, de sentirme sucia e indigna de acercarme a Dios se esfumaron y, por primera vez en muchos años, me sentí libre y en paz. Por eso, para poder saber si realmente has conseguido que Dios te perdone, debes hacer lo que te explicaré a continuación:
1. Reconocer tus pecados
A veces las personas están tan acostumbradas a justificar sus faltas, que terminan por acostumbrarse y no se dan cuenta de todo el daño que esos pecados le están haciendo. Solo examina tu conciencia, ya sabiendo que es lo que te hace sentir mal, podrás ir al siguiente paso.
2. Confesar a Dios tu falta
Al tener conocimiento de tus pecados, entonces es el momento de arrodillarte y confesar tus faltas. Otra cosa que puedes hacer es ir donde tu consejero espiritual y desahogar tus faltas con él. Después, él dispondrá de la mejor manera como puedes sentir que vas firme al perdón.
3. Pide perdón
Pide perdón a Dios para que puedas sentirte libre de faltas. Pero debes hacerlo con verdadero dolor en tu corazón por tus errores. Si con tus actos también has perjudicado a alguien, búscalo y pídele perdón por lastimarlo.
Lee: Tres actos del lenguaje que cambiarán tu vida
4. No lo vuelvas a hacer
Con todo el doloroso proceso antes descrito no creo que desees volver a vivir lo mismo en una segunda ocasión; así que pon mucha firmeza de tu parte y nunca más vuelvas a caer en esa misma falta.
Relee: Si perdonas, también debes olvidar
Con el paso de los días te sentirás libre, en paz contigo misma y con Dios y tus creencias. Empezarás a vivir una vida nueva y tendrás muchos deseos de seguir por el camino que has elegido: el de la paz interior y el de saber que todo está bien en tu vida. Saber que Dios ha perdonado tus faltas es cuestión de querer buscarle y querer vivir de nuevo; solo hazlo y sabrás la paz inmensa que se haya en quien cree en que todo es posible.
Puedes leer también: La paz que trae el perdón sincero