Crea tu método de enseñanza para estudiar en casa
Tu hijo va pasando de un grado a otro y, a la par que él va aprendiendo, tú vas recordando. Así, él va obteniendo conocimientos y tú los tendrás que reafirmar.
Elitania Teresa Ruvalcaba Blancas
Cierto es que con los hijos, prácticamente, uno vuelve a cursar todos los ciclos escolares. Cuando tu hijo comienza su vida escolar el aprendizaje le llega por vía de la imitación de las acciones que ve de los profesores y en casa, de tu reforzamiento de las actividades del colegio. Al principio es fácil: retomas las clases de recortes, de plastilina y de moldear con arena; en su mayoría todo es práctica y repetición, imitar ejercicios y trazos hasta perfeccionarlos.
De una tarea a otra el niño a la par va aprendiendo y tú vas recordando; él obtiene conocimientos y tú los reafirmas. Pero pronto te enfrentarás a algo inédito: ¿cómo le explicas aquello que ya necesita de una metodología, de pasos a seguir y de una lógica que aplicar? De entrada, tendrás que ponerte a su nivel para explicarle -de acuerdo con su edad, sus conocimientos, lo que conoce del mundo y su vocabulario- qué hacer, que entienda lo que se le enseña y su uso práctico diario; tendrás que crear y aplicar diferentes formas de enseñanza.
Este proceso será divertido y bastante práctico cuando logres ubicar tres pasos importantes para crear tu propio método de enseñanza en el hogar. Revísalos y ponlos en práctica:
1. Diferenciar materias teóricas de prácticas
Hay asignaturas netamente teóricas, en las que el manejo de excesiva información implicará jerarquizar, elaborar cuadros sinópticos y resúmenes para filtrar la información valiosa y representativa de cada tema. Para su aprendizaje, el niño tendrá que memorizar algunos datos como fechas y nombres; los hechos se los puedes explicar de manera cronológica como si estuvieras contando un cuento o una película, a fin de que retenga lo que sucedió como la secuencia de una trama.
Para aquellas materias que implican la práctica será indispensable que, de entrada, entienda la parte teórica para después poner manos a la obra, y un buen modo de lograrlo es hacer que le quede claro el uso de esta teoría aplicada a una actividad cotidiana; por ejemplo, plantearle problemas tipo: “Tengo nueve manzanas y las tengo que repartir entre tres niños, ¿cuántas manzanas le toca a cada niño?”.
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2. Material didáctico de refuerzo
El principal material didáctico del que tendrás que hacer uso, sin duda, son los libros de texto del ciclo escolar, pero no será la única opción: ahora puedes utilizar otra bibliografía y material hemerográfico, video y gráfico como cortometrajes, documentales y reportajes, que le permitan a tu hijo conocer el mundo, otras culturas, ciudades, el comportamiento de animales y toda la sabiduría a su alcance. Investigar en internet te permitirá ampliar la información, además de que sobre la marcha le enseñarás también a él a realizar la búsqueda virtual de los temas que le interesan.
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3. Variedad en explicación y método
Está comprobado que cuando a un pequeño le has explicado la manera de hacer una cosa y no entiende, no se lo puedes volver a explicar igual, pues seguirá sin entender. Y en este punto es donde se conjuga el uso del material didáctico como refuerzo y saber diferenciar cuáles son las materias teóricas de las prácticas y cuáles se complementan. Recurrir a la improvisación puede de momento servirte para cambiar la manera de explicar, y ya para un periodo de exámenes, con tiempo puedes hacer uso de otros materiales didácticos para reforzar el conocimiento de tu pequeño.
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Las horas que dediques al estudio con tu niño serán momentos muy productivos y divertidos, depende de ti y de cómo enfoques esta valiosa actividad en el hogar.
