Enseñar a tu bebé a comer, es más que solo comer
Mediante el consumo de alimentos aprendemos no solo a comer, también aprendemos a relacionarnos, a comportarnos adecuadamente en la mesa y gozamos al compartir la comida con quienes amamos.
Emma E. Sánchez
Una de las muchas y muy importantes tareas que las madres jóvenes hacen con sus pequeños es el enseñarles a comer y, créelo, ¡es una gran aventura! Si tu bebé ya está en esta hermosa etapa de vida, seguramente este artículo te será de gran utilidad.
1. Paciencia y alegría
Enseñar a comer a tu pequeño es una tarea que inicia regularmente al año de edad y hacia el término de la lactancia materna; luego tarda dos años poco más o menos en consolidarse y se perfecciona hasta entrados los siete años, aunque la adolescencia te hará dudar si ellos aprendieron algo de todo tu esfuerzo. Así que no te agotes, tienes muchos años para lógralo.
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2. Preparación previa
Una vez que tu pediatra comienza a recomendarte ir introduciendo alimentos nuevos a tu hijo, comienza una etapa muy interesante que requiere que tengas a mano baberos, delantales, lienzos para limpiar, pañitos desinfectantes, una silla alta, platitos pequeños, unos vasos entrenadores y dos o tres cucharillas pequeñas (te recomiendo las que tienen una ligera cubierta de goma, eso evitará lastimar sus encías, especialmente cuando los dientes comienzan a brotar).
3. Juega y diviértete con tu hijo
Ten un buen ánimo y piensa que lo que ensucie se puede limpiar, no hay por qué enojarse, gritar y mucho menos agredir o golpear al niño de ninguna manera. La ropa se lava, los pisos se limpian y los trastes se reponen, el corazón de tu niño no.
Haz de la comida un momento agradable y divertido; si estás enojada o exhausta tómate unos minutos para respirar y piensa que vas a tener un momento agradable con una personita muy especial. Canta, inventa un juego y haz de este tiempo un lindo recuerdo.
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4. Ofrece texturas
El niño comenzará a disfrutar sus alimentos si los toca y los manipula. No te enojes: él necesita tocar y sentir lo que se llevará a la boca. Ofrécele texturas y sabores diferentes. Dale trozos que pueda morder y tomar con su manita. Cuida las temperaturas y sirve pequeñas porciones para no desperdiciar.
Presenta verduras, frutas y la comida sana que esperas tu hijo aprenda a disfrutar. Retarda lo más que puedas los azúcares o alimentos procesados. ¡No le des gaseosas!
5. Buenos modales
Sentarse a la mesa desde su silla alta, usar cucharas, servilleta, limitarse la boca, masticar con la boca cerrada, orar antes de comenzar a comer, desear un buen provecho a los comensales, esperar a que todos tengan sus alimentos para comenzar juntos y todos esos lindos detalles que hacen la diferencia en la sociedad, los puedes y debes comenzar a presentar en esta etapa de vida. Siempre usa un mantelito, una cuchara, vaso y plato. Hay mantelitos plásticos donde se marca el lugar donde va cada cosa, esto le da al niño orden y estructura, no lo olvides. La hora de la comida sigue siendo una situación de enseñanza.
6. El placer de compartir los alimentos
Dedica tiempo a que la familia comparta los alimentos, procura que sea un momento agradable lleno de buenos sentimientos. Si estás formando una familia, acuérdate que en la mesa no hay celulares ni gritos o discusiones. Ora con tu familia y da gracias a Dios por tus hijos, tu esposo y el alimento; agradece por el trabajo y la salud que tienen para obtener el alimento, pide por los pobres y necesitados que no lo poseen. Aunque no lo creas, cuando nuestros hijos nos escuchan orar aprenden sobre la vida, el amor, el trabajo, la gratitud y el cuidar o compartir la comida.
No dejes pasar este tiempo, ¡se va muy rápido! Toma fotos y atesora estos momentos inolvidables.