Ideas para mudarte de casa, sin morir en el intento
Cualquier mudanza genera cierta irritabilidad o malestar entre la familia, por todo lo que conlleva. más aún, cuando debes mudarte por una situación adversa. Aquí encontrarás algunas ideas para no morir en el intento.
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Emma E. Sánchez
En mis años de casada he pasado por once mudanzas, en tres diferentes ciudades. Y no: nunca ha sido fácil. Para serte muy sincera, en algunas de ellas he sentido el deseo de encender un cerillo y ¡quemar todo! por no tener que empacar y desempacar, acomodar y limpiar. Pero bueno, eso no es posible. Mis mudanzas han sido debido a cambios por el trabajo de mi esposo y todas las veces han implicado cambios buenos; la familia se ha sentido feliz y emocionada. Pero, ¿qué sucede cuando tu mudanza tiene como motivo un divorcio, una mala racha económica o cualquier otra razón desafiante? Si es tu caso, o de alguien que tú conoces o amas, estas ideas seguramente podrán ser de ayuda:
1. Considera primeramente a los niños pequeños
Ellos perciben todo lo que sucede a su alrededor, habla con ánimo del cambio que habrá. Trata de poner una buena cara y explica con palabras sencillas el cambio que se hará; nada pesa más que tus actitudes hacia el cambio.
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2. Prepara a la familia para lo que vendrá
Si el lugar al que se mudan es más pequeño, explica que compartirán habitaciones y habla de las cosas positivas reales que esto puede tener. Pide su apoyo, su confianza. Si se trata de niños mayores y adolescentes, habla con la verdad: no temas, ellos entienden más de lo que crees y su resiliencia puede llegar a sorprenderte. Todo depende de los sentimientos que muestres. Organiza una venta de jardín, permite que los niños regalen algunos de sus juguetes a sus amigos, trata de reducir lo que te llevarás a la nueva casa.
3. Continúa con las rutinas familiares y cierren el ciclo
Las rutinas nos dan seguridad. Tomen un tiempo para despedirse de los amigos y vecinos cuando sea posible. Haz lo que esté a tu mano para que tus hijos cierren círculos y etapas sanamente. Huir, escapar, siempre les dejará el sentimiento de inseguridad.
4. Involucra a tus hijos en todo el proceso
Permite que participen del proceso e involucra a los niños en el empacado de sus cosas y otros artículos. Es un trabajo en equipo, ¡hazles sentir parte de él!
Una vez que has llegado a tu nuevo hogar, involucra a los niños para desempacar, limpiar y decorar, para organizar la casa. Vuelvan tan pronto como puedan a las rutinas familiares. Muestra a toda la familia cómo función a la nueva casa, recórranla juntos y expresen agradecimiento, palabras positivas por la bendición de un nuevo hogar, por los miembros de la familia. Ubiquen pronto los objetos o cosas amadas y especiales para cada uno.
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5. Promueve la adaptación al nuevo entorno
Visiten a los nuevos vecinos, recorran el vecindario y muestra a tus hijos cómo regresar a casa, dónde están los lugares seguros. Una actividad especial puede ser entregar copia de las llaves a los hijos, y plantar un arbolito o algo que les haga sentir que su hogar es esta nueva casa. Escucha los sentimientos de tus hijos, no tomes a la ligera lo que ellos tengan que decir.
6. ¡No olvides las mascotas!
Una de las cosas más difíciles, y que nunca recomiendo bajo ninguna circunstancia, es decirle adiós a una mascota. Para los niños significa decirle adiós a un integrante de la familia y puede ser muy doloroso. Si en tu nuevo departamento o casa, definitivamente no se aceptan mascotas, agota recursos y que tus hijos lo sepan. Luego, busca que esa mascota quede con algún familiar o amigo cercano; esto le va a dar confianza a los niños. Haz todo esfuerzo sincero antes de abandonar a un gato o un perro en la calle, busca algún medio antes que llevarlo a sacrificar.
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Cada cambio es una nueva oportunidad. Una crisis es una oportunidad de crecimiento. Un hogar no es una casa: es el amor de quienes habitan en ella.