La depresión es natural en los ancianos. ¿Cómo revertirla?
Las personas mayores son un cofre de conocimientos y experiencia, tú sin duda cuentas con algún adulto mayor en tu familia, que si bien no está a tu entero cuidado si depende de alguna forma de ti.
Elitania Teresa Ruvalcaba Blancas
Las personas mayores, por utilizar una metáfora, son un cofre de conocimientos y experiencia. Tus mismos padres, tus abuelos, tus tíos abuelos, e incluso algún vecino de edad avanzada, a quienes puedes apoyar en algún momento dado o de quienes puedes aprender todo el tiempo. Sin duda, cuentas con algún adulto mayor en tu familia, que si bien no está a tu entero cuidado si depende de alguna forma de ti.
No es porque sea tu responsabilidad, no es que sea tu obligación, pero dentro del numeroso listado de cosas que tienes que hacer destina tiempo para convivir con los adultos mayores que te rodean y que te han acompañado a lo largo de tu vida. Incluso, lo reitero, quizá con algún vecino adulto mayor puedas trabar una buena amistad.
Tenemos mal entendido que la vejez es la etapa última, tiempo en que se pisa el acelerador rumbo al declive de la vida, que es la antesala de la muerte y que, como único plan, no queda más que sentarse o sentarlos a esperar el momento de su partida. Eso es desperdiciar el tiempo y menospreciar la dignidad de las personas mayores.
Esta situación puede ser tan diferente: ahora las actividades que se pueden hacer y compartir en compañía de los abuelos y personas mayores en general son variadas, sólo que a veces no nos damos el tiempo para conocerlas. Para hacerlo, revisa tres importantes rubros en este campo:
Salud indispensable y prioritaria en los cuidados
Por la edad, su metabolismo cambia de forma radical y una muestra inmediata es su falta de apetito. Ya muchos alimentos dejan de gustarles o se les complica comerlos. Una primera actividad para paliar esta situación será compartir sus gustos alimenticios y si tu pariente adulto puede ayudar, anímalo a que comparta contigo la preparación de los alimentos, de este modo la dieta comenzará a variar. Puedes preguntarle qué le sigue gustando, qué se le antoja y cómo es su preparación. Compartir esos consejos de cocina lo hará sentir útil. Cuida mucho que la dieta esté balanceada y, si es preciso, con prescripción médica previa comienza a darle un suplemento alimenticio.
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Actividad física y entretenimiento
Dentro y fuera de casa pueden hacer actividades que no pongan en riesgo su salud e integridad física. Si puede seguir saliendo solo del hogar, búscale un sitio donde se impartan cursos especiales de deportes como yoga, caminata o natación, que son ideales para mantener su condición física. Si ya no puede hacer gran esfuerzo, entonces puede practicar baile de salón, que es mucho más tranquilo e igual se ejercita por completo. Y si la actividad física no es lo suyo, hay opciones de talleres de literatura, de manualidades y oficios; todas estas actividades están enfocadas a mantenerlos activos, ocupados y entretenidos.
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Tiempo de calidad y convivencia
Junto con la edad llega la nostalgia por los tiempos pasados; parece ser que retroalimentarse con los recuerdos significativos de su vida es una acción recurrente, casi del día a día, pero igual puede motivar a que el sentimiento de tristeza aparezca y disminuya su ánimo; por eso, siempre hay que dirigir las pláticas a recordar buenos momentos en familia y con amigos. Y cada vez que sea posible, abre las puertas de tu casa y recibe visitas que alegren a tu pariente adulto mayor y sin un motivo específico, salgan también a visitar a amigos y parientes.
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Toma en cuenta que el sedentarismo y no tener en qué ocupar su tiempo libre puede ser perjudicial, pues es una etapa de la vida donde se es propenso a la depresión. No dejes que decaiga el ánimo de tus abuelos.