Una joya generacional: 3 buenas razones para tener una fotografía familiar

Una fotografía familiar puede ser el medio a través del cual generaciones de tu familia se conozcan y amen, a pesar de la distancia, el tiempo y la muerte misma.

Elizabeth González Torres

Hace algunos años, mi madre colocó una fotografía familiar de sus antepasados en la sala nuestro departamento. Era una fotografía en blanco y negro, desgastada y de principios del año 1900. Recuerdo que cuando la miré por primera vez, pensé en todas las historias familiares que había detrás de aquella imagen. Sin embargo, ahora que ya han pasado algunos años y vuelvo a ver aquella misma fotografía, me doy cuenta de que, sin duda, ese pedazo de papel se ha convertido en una joya para cada generación en mi familia.

En la actualidad —a diferencia de la fotografía de mis antepasados— tú tienes la posibilidad de obtener imágenes con mayor nitidez y color. Tienes la posibilidad de sacar no solo una, sino cientos de imágenes de tu familia y de cada uno de los miembros que la integran. En estos tiempos en que la tecnología ha avanzado tanto y se ha vuelto más accesible, obtener un recuerdo fotográfico de un cumpleaños, una boda, una navidad, o de cualquier otra reunión familiar es verdaderamente indispensable para las generaciones de tu familia. Piensa que a través de dichos recuerdos, podrán revivir momentos felices del pasado, perdurarán las historias de las personas que han conformado a tu familia. Sobre todo, llegarán a amarse aquellos abuelos, nietos, primos, tíos, que nunca se conocieron en vida pero que, al final, siempre seguirán siendo familia.

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A continuación comparto contigo tres buenas razones por las que debes tener al menos una fotografía familiar.

1. Recordar siempre es volver a vivir

Tener a la vista —ya sea en la sala, recámara, pasillo— la imagen de las mejores vacaciones o la más divertida fiesta en la que hayas estado con tu familia, te permitirá revivir constantemente las bellas emociones que experimentaste en ese momento encapsulado. Te permitirá refugiarte en esa experiencia cuando te sientas triste, desolado o incluso desesperado por algún problema familiar o personal.

Esa simple imagen podrá convertirse en una máquina del tiempo para ti y las futuras generaciones. Estará a disposición de ustedes cuando más necesiten recordar que no están, ni estarán solos.

2. Detrás de cada sonrisa, mirada y pose, hay una historia que contar

Cada uno de los miembros que han integrado e integraran tu familia, tienen una historia de vida que merece ser contada. En ocasiones, un solo gesto captado en una fotografía podría ayudarnos a recordar esas maravillosas historias que deben ser registradas para nuestro aprendizaje familiar.

Se dice que, pese a la gran capacidad que tiene la memoria del hombre, es posible que ésta olvide días, historias y personas por completo. Sin embargo, tener una fotografía familiar te podrá ayudar —a ti y a tu familia— a retroalimentarse con las experiencias que sus antepasados y contemporáneos han vivido, y viven. Aprenderán de sus aciertos y errores, y al mirar sus sonrisas, miradas y poses —estén vivos o muertos, los hayan conocido o no— recordarán las lecciones aprendidas a través de ellos.

3. El corazón de los hijos se volverá hacia sus antepasados, y viceversa

Es curioso, pero al mirar aquella antigua fotografía que mi madre colocó en nuestra sala, y al escuchar algunas de las historias que había detrás de ella, sentí un gran agradecimiento y amor por esos hombres y mujeres que me antecedieron. Agradecí su existencia porque, gracias a ellos, mi abuela, mi madre, mis hermanas, y yo pudimos venir a esta tierra.

Si tu deseo es que tus hijos, nietos, bisnietos, tataranietos y más, puedan recordarte y amarte por siempre, no dudes que una fotografía puede ser un excelente recordatorio para ellos. Por supuesto, la clave principal para que ellos verdaderamente te amen y admiren está en dejarles enseñanzas de vida positivas. Sin embargo, una simple imagen tuya podrá recordarles constantemente tu gran ejemplo.

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Así que, no dudes en dejar a tus descendientes esas joyas generacionales a las que llamamos fotografías familiares. No dudes que éstas les facilitarán reencontrarse, reconocerse y abrazarse con mayor amor cuando todos hayan partido para siempre de esta tierra.

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Elizabeth González Torres

Es abogada egresada de la Universidad Autónoma Metropolitana. Actualmente estudia una licenciatura en Creación Literaria en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Considera que el mayor tesoro que tiene en la vida es su familia.