Una nueva forma de educar a los hijos, que cuando eras pequeña también lo deseabas
Como padres de familia puedes acabar con esos estereotipos que tanto te molestaban de pequeño y no te dejaban saciar tu curiosidad
Erika Gaytán
De niña me gustaba mucho jugar con mi hermano mayor porque con mis hermanas me aburría, las muñecas nunca fueron algo atractivo para mí, lo mío era estar activa, correr, saltar por lo que aprendí desde jugar con canicas hasta “guerritas” teniendo como escudo unas cubetas que no ayudaban en gran cosa porque las supuestas balas eran pilas tamaño “D” o pilas de las de agüita. También aprendí diferentes deportes que en ese tiempo eran ´exclusivos´ de niños como el futbol y el béisbol; me subía en la bicicleta, la avalancha (tabla con ruedas, freno y volante) bajando con ellas zonas altas e inclinadas con la única intención de saber lo que se sentía o volver a disfrutar ese instante de velocidad y altura extrema (de acuerdo a mi imaginación), con el riesgo de que pasara un accidente sí, pero no con el temor del mismo; debido a esa idea de “invencibilidad” que tienen los infantes, sin medir las consecuencias.
Obviamente no fue bien visto por los adultos que me catalogaban como ´machorra´, yo no sabía que significaba eso, de lo único que estaba segura es que me gustaba cómo se divertían los niños y quería divertirme igual.
Hay un video en el que presentan a 3 niños chilenos, dos niñas de 4 y 9 años y un niño de 7. La pequeña comenta su gusto por practicar Taekwondo, la de 9 bailar y jugar rugby y el niño su afición por el patinaje artístico. En él los niños rompen con estereotipos y prejuicios establecidos por años, asegurando que todos los infantes pueden hacer lo que les haga feliz, porque no hay cosas exclusivas para niños o para niñas.
Dos consejos infalibles para no crear prejuicios en los niños
1. Ejemplo
Como punto esencial es estar convencidos de esta es una buena decisión y a pesar de haberse educado bajo esa ideología van a procurar ser coherente con sus acciones y palabras, de otra manera resultará confuso para el pequeño.
2. Libertad
No se trata tampoco de querer convencer a los infantes a querer jugar o elegir lo que como padre de familia desea, más bien de darle la libertad al pequeño a que elija su ropa, colores, juguetes, amigos, etc.
“Pocos seres son capaces de expresar con calma una opinión distinta a los prejuicios de su entorno”, Katherine Pancol, novelista francesa.
Las mujeres no solo tienen la capacidad de hacer la limpieza de su casa, tiene la misma capacidad de trabajar y de querer hacer una carrera y ponerse a trabajar, nunca descuidando a su esposo y familia. Esas ideas se quedaron en los años arcaicos.
El que se les exija a los pequeños a seguir una regla sin fundamentos sólidos, hacer parecer a los adultos como personas equivocadas, como aquella idea de que si es un bebé hombre siempre se debe vestir de azul a partir de ese momentos y de rosa en caso de ser mujer. Ningún color va a determinar las habilidades ni preferencias que pueda tener una persona, lo que sí podría hacer es frustrar una ilusión.