Ante todo sigo siendo mujer
Si entre tus muchos roles te has olvidado de ti misma, es tiempo de que recuerdes quién eres.
Denhi Chaney
Entiendo bien que nuestros roles cambian conforme pasa el tiempo. Por muchos años somos hijas, quizás hermanas, luego somos novias, prometidas, esposas y tal vez madres. Todos estos roles son importantes, y en mi experiencia los dos más poderosos son aquellos de esposa y madre.
Nos dedicamos a estos con todo nuestro corazón y alma, tanto que llega un momento en el que olvidamos quiénes somos. Podemos llegar a olvidar qué es lo que nos gustaba cuando éramos jóvenes, siendo que es algo de lo que jamás tendríamos que deshacernos, pues primero fuimos mujeres antes de convertirnos en esposas o madres.
Si bien estoy diciendo que a veces olvidamos estas cosas, de ninguna manera creo que desaparezcan, ya que nuestra esencia, lo que realmente somos, no se esfuma. Es por ello que es esencial que recuerdes quién eres, ya que esos detalles también te ayudarán a ser una buena esposa y madre. Si sientes que ejercer estos roles ha ocupado toda tu atención y la mayor parte de tu tiempo, a continuación te presento algunas ideas para excavar tu verdadera esencia de donde ha sido enterrada.
1. Siéntate y escribe lo que te gusta
Una de las formas más sencillas de volver a conocerte, es simplemente sentarte y escribir las cosas que te gustan. Haz una lista de todo aquello que llena tu alma de gozo, desde tu comida favorita, tus colores predilectos, las actividades que más disfrutas hacer, canciones, películas, deportes, en fin, todo aquello que te haga sentir feliz. De la misma forma puedes escribir todo aquello que no te gusta, ya que estas cosas son de igual valía que aquellas que disfrutas, ya que forman parte de lo que eres.
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2. Alimenta tu alma
Aunque es esencial que te comas bien y que le des una buena nutrición a tu cuerpo, también es importante que alimentes tu alma. Desarrolla una rutina en donde puedas dedicarle tiempo a esas cosas que te hacen sentir bien (de ahí la importancia de que hagas la lista de lo que te gusta) por ejemplo, si te gusta leer proponte hacerlo diariamente al menos quince minutos. Ten presente que todo esto tiene como fin que recuerdes que tienes otros dones e intereses, aparte de ser madre y esposa.
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3. Busca nuevos sueños
Generalmente ocurre que cuando somos jóvenes y sin muchas responsabilidades, tenemos muchos sueños y aspiraciones, sin embargo, cuando nos convertimos en esposas y madres pareciera que se nos olvidan o que nunca existieron. Aunque probablemente muchos de ellos no fueran realistas, seguramente hay muchos otros que son posibles aun con tus deberes de madre y esposa. Por ejemplo, tuve una paciente que estaba en este proceso de redescubrirse como mujer, y me dijo que su gran sueño era escalar el Everest, pero que eso no era posible en sus circunstancias con niños pequeños en casa. En su lugar, decidió escalar otra montaña alta en el estado de Utah, para así recuperar aquello que le apasiona hacer sin sacrificar a su familia en el proceso. Lo importante es que no dejes de fijarte metas ¡y no dejes de soñar!
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Es importante que no olvides nunca quien eres, tu esencia y tu verdadera persona; porque aunque juegues muchos roles en la vida, ante todo sigues siendo mujer, sigues siendo tú.