¿Por qué siempre elijo a la pareja equivocada?
Las parejas se hacen el uno al otro, no siempre de manera consciente o premeditada, pero así sucede.
Yordy Giraldo
Es frecuente que en lo que concierne a las relaciones de pareja, suceda que deseamos una cosa y al final terminamos conformándonos con otra muy distinta, para luego con el corazón roto preguntarnos: ¿por qué acabo siempre con la pareja equivocada? Y es que sobre todo las mujeres, solemos soñar con un príncipe azul y terminamos con uno verde olivo.
La respuesta está en que así como tenemos un carácter particular, la forma en la que nos relacionamos con las personas es lo que termina acercándolas a nosotros o no. Lo que quiero decir es que tú no eliges a tus parejas, sino que las atraes. Es esa forma de interactuar con los otros lo que hace que repitas patrones. Por ejemplo, si quieres a un hombre al que le guste el deporte, difícilmente darás con él si lo buscas entre alcohólicos y fumadores. Lo mismo sucede si fuera el caso de un hombre que buscase una mujer que lo tome en serio, que comparta ideales de preparación y esfuerzo y se fijase en una persona que no se trate a sí misma con respeto. Las parejas se hacen el uno al otro, no siempre de manera consciente o premeditada, pero así sucede. Entonces surge la pregunta: ¿qué estoy haciendo mal?
1. ¿Tu autoestima y auto imagen son las adecuadas?
Como te ven te tratan, y como te comportas también. A lo mejor resulta que eres la persona más inteligente, agradable y honesta del mundo, pero si tú no te lo crees y reflejas en tu exterior lo que hay dentro de ti, puedes dar pie a malos entendidos. Los prospectos correctos se alejarán y los incorrectos vendrán tras de ti.
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2. ¿Tienes fe en tu intuición y en ti misma?
No se trata de que la otra persona cambie, quien debe cambiar eres tú. A veces nos engañamos por miedo a que lo que nuestro yo interior nos avisa no sea verdad, razón por la cual no escuchamos esa voz en nuestra cabeza que nos repite una y otra vez que merecemos algo mejor. Confía en lo que sientes y lo que deseas.
3. ¿Sabes lo que en verdad anhelas?
O, en otras palabras, ¿ves a la otra persona como te gustaría verte a ti misma? Déjame ponerte un ejemplo para explicar a lo que me refiero. Por ejemplo, tiendes a permitir que el tipo de hombre que te conquiste sea el popular, el que tiene poder económico o el que no se deja de los demás. En ocasiones, buscamos determinadas características en una pareja porque en el fondo sentimos que nosotras mismas no las poseemos y suponemos que al rodearnos de quienes sí, dispondremos de ellas. ¿Tienes en tu mente bien definido el tipo de pareja que deseas?
4. ¿Estás siguiendo el modelo familiar que deseas?
Todos repetimos conductas aprendidas en casa pero, ¿has evaluado si en verdad son funcionales y vale la pena seguir con ciertos modelos? Dicen que hombres y mujeres nos casamos con nuestros padres, por supuesto, no en sentido literal, pero sí de manera simbólica. Solemos buscar en nuestras parejas los patrones en los que fuimos criados, porque eso es lo que conocemos y con lo que nos sentimos identificados. Si aceptas que algo suceda una vez sin replantear las reglas, continuará sucediendo.
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5. ¿Decides por miedo a la soledad?
Dice un conocido refrán que “mejor malo por conocido, que bueno por conocer”. El miedo a estar solos nos hace cometer muchas equivocaciones; una de ellas es aceptar situaciones que claramente no nos hacen felices con tal de no perder la seguridad de la compañía. El problema es que pagamos un alto precio: el de renunciar a lo que realmente merecemos.
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La próxima vez que te preguntes por qué siempre terminas con la persona equivocada, recuerda que eres tú quien tiene el poder de dejar entrar a quien desees en tu vida, y que la mejor forma de evitar tropezar con la misma piedra, es no insistir en recorrer el mismo camino.
